Una comedia con turbulencias
La última creación de Pedro Almodóvar se aleja del mix de géneros que había plasmado en La piel que habito y se instala nuevamente en la comedia desenfadada impulsada por personajes que juegan con la sexualidad, las drogas y el alcohol.
Los amantes pasajeros transcurre en un vuelo que se dirige de España a México y en una primera clase cuyos pasajeros y tripulantes dejan fluír sus eclécticas personalidades cuando una de las viajeras (Lola Dueñas) asegura que tiene videncias y que todos corren peligro de muerte a bordo.
Así desfila un trio de azafatos gays (Javier Cámara, Carlos Areces, Raúl Arévalo) que duermen a los pasajeros; dos pilotos (Hugo Silva y Antonio de la Torre) que se las traen con sus comentarios y su festín de relaciones "cruzadas"; una estrella de décadas pasadas (Cecilia Roth) con información y videos de personalidades del espectáculo y un asesino a sueldo. Todos juntos y encerrados en un avión que ha perdido el tren de aterrizaje.
Con estos elementos, el director de Mujeres al borde de un ataque de nervios tenia entre manos una comedia coral disparatada, pero sólo entrega algunos momentos que funcionan como sketches dentro de una historia que no avanza y deja un sabor amargo para sus seguidores.
Con las participaciones fugaces de Antonio Banderas y Penélope Cruz como empleados del aeropuerto y algunas secuencias desarrolladas fuera del avión (los llamados telefónicos realizados a una mujer a punto de suicidarse), el resto se vuelve reiterativo y sin gracia. La película incluye además al trío de azafatos haciendo un playback del tema I´m so excited, de The Pointer Sisters, que dio título a la realización en su lanzamiento norteamericano.
Todos los personajes hacen catarsis como pueden para escapar a la idea de la muerte en este vuelo que parece salido de un comic, pero que no puede disimular sus "turbulencias" a lo largo de la travesía. Poco para ser un film de Almodóvar.