La mala noticia que acarrea este estreno es que este film representa el último trabajo en el cine de Joaquín Phoenix, quien hace un tiempo anunció su retiro definitivo de la actuación para dedicarse a la música.
Lo cierto es que se lo va extrañar en la pantalla grande, ya que entre los actores de su generación es uno de los mejores que surgieron en estos últimos años.
Su supuesta despedida decidió llevarla a cabo con el director John Gray, quien fue el cineasta con el que más colaboró y entabló una amistad fuera del trabajo.
El primer film que hicieron juntos fue La traición (que se conoció en Argentina en el 2001) y el año pasado estrenaron Los dueños de la noche, con Mark Wahlberg y Robert Duvall.
En ambos casos se trataban de propuestas policiales. Con Los amantes Phoeniz y Gray tomaron un rumbo diferente.
La historia está vagamente basada en la novela corta de Fiodor Dostoevsky, “Noches Blancas” que representa probablemente su trabajo más autobiográfico. Al menos sus biógrafos coinciden que la historia está relacionada con la juventud del escritor en San Petersburgo.
La película en realidad tiene poco que ver con la obra del autor ruso. Es como que arrancaron con la idea de hacer una adaptación moderna de la historia y durante la escritura del guión el argumento se les disparó para otro lado.
Salvo por el tema del triangulo amoroso Los Amantes no tiene puntos en común con “Noches blancas”.
Gray presenta una historia de amor que va a contramano de lo que se suele hacer en Hollywood con este tipo de propuestas.
El director brinda un muy buen drama que se destaca por presentar personajes que enfrentan conflictos que cualquier persona podría enfrentar a lo largo de la vida.
Que la historia transcurra en Brooklyn es anecdótico. Los amantes podría funcionar en cualquier ciudad del mundo, ya que los temas que se tratan el film son universales.
El film se centra en la cruzada emocional que el personaje de Phoenix tiene que atravezar para descubrir que es lo que quiere de la vida y más importante todavía, que es lo que lo hace realmente feliz.
No sé si este es el mejor trabajo de Phoenix, pero si realmente fue su última película se retiró a lo grande porque ofrece una magnífica interpretación, que encima se destaca más todavía gracias al buen reparto con el que estuvo acompañado.
Finalmente Gwyneth Paltrow encontró el proyecto indicado que le permitiera lucirse como actriz y esta es por lejos la mejor película en que la vimos en los últimos años.
La película no es precisamente un canto a la vida y quienes tengan problemas de depresión los domingos por la tarde con esto terminan aniquilados, pero es una muy buena propuesta para disfrutar una vez más (y ojalá que no sea realmente la última) del talento de Joaquín Phoenix.