Insípida locura
Leonard (Joaquin Phoenix) atraviesa una mala racha. Es un joven atractivo pero problemático que se muda a la casa de sus padres luego de un intento de suicidio. Mientras se recuperaba bajo la atenta mirada de sus padres (Isabella Rossellini y Moni Monoshov), preocupados, pero en realidad sin comprender exactamente que le pasa a su hijo, se encuentra con dos mujeres casi simultáneamente. Una es Sandra, hija de unos conocidos de sus padres. La otra, Michelle, una vecina misteriosa, hermosa y exótica que nada tiene que ver con el vecindario de Leonard.
Por momentos los personajes parecen querer levantar vuelo, pero las situaciones pasatistas y previsibles a las que los somete el guión expone las flaquezas de verosímil y la falta de sustento de la historia. Habida cuenta y prueba del talento de Joaquin Phoenix y Gwyneth Paltrow en otro tipo de dramas, resta concluir que este fallido drama romántico es exclusiva responsabilidad de James Grey. Habría sido buena una mejor despedida para el enorme Phoenix, que aparentemente se aleja de manera definitiva de la actuación para dedicarse a la música. Esperemos no esté dicha para él la última palabra. Y que pronto venga a sacarnos este amargo sabor de boca.