Antes del estreno del filme Elizabeth Banks – directora y guionista del filme – le dijo a la prensa que no le importaba si la película fracasaba, que en tal caso demostraba el punto que a los hombres no les gustan las películas de acción protagonizadas por mujeres. ¿En serio, señora Banks?. Déjeme nombrarle un puñado de títulos: prácticamente toda la saga de Alien (incluyendo Prometheus y secuela), Mujer Maravilla, Capitana Marvel, Resident Evil, Los Juegos del Hambre, Lucy, Atómica, Kill Bill… incluso las primeras remakes de esta franquicia – protagonizadas por Cameron Diaz, Drew Barrymore y Lucy Liu – que fueron muchísimo mejores que este adefesio que acaba de pergueñar. No, señora; la gente le escapa a las malas películas, no importa si tienen mujeres, chicas trans o aliens como protagonistas. Puede haber alguna injusticia que otra (Ghostbusters 2016?; alguien?; … Bueller…. Bueller…) pero, en general, el público nunca se equivoca.
El problema con su filme, señora Banks, es que es un bodrio. El guión es un pastiche que no tiene nada de original (y se toma muy en serio a si mismo; ah!, lo escribió usted misma), la edición es un horror y pareciera que le faltan pedazos a la película porque la trama va a los saltos, y la puesta en escena es cualquier cosa menos divertida. Oh, si, Kristen Stewart no solo está bonita sino simpática (uy, Dios, acabo de decir esto sin arder en llamas!!) y hasta me gustaría verla en una franquicia Marvel porque la enana tiene pasta (que adquirió después de aprender a actuar en filmes por toda Europa), lástima que el guión de la Banks es horrible y está plagado de chistes obvios. La otra que brilla es la gigantesca Ella Balinska… y paremos de contar. La hermosa Naomi Scott queda reducida a un patético rol de comic relief que no le sienta, Patrick Stewart va en piloto automático y la Banks – tomando para si misma el rol del jefe Bosley – habla con una altanería que asquea. No importa si mataron a un miembro de la organización que era amado por todos; pueden celebrarlo de la manera mas desubicada y superficial posible con un gurú New Age, una bebida de hierbas y una costosa tabla de quesos.
El gran problema con Los Angeles de Charlie 2019 es que no tiene sentido del humor. Los chistes son malos o no tienen gracia. Todo es tremendo y a la vez estúpido, y ni siquiera las escenas de acción funcionan por el terrible trabajo de edición – no se terminan de ver los tiroteos o como la gente regresa al interior de un vehículo en una persecución a todo trapo -. Pero, como si esto fuera poco – el filme como filme de acción es mediocre a mas no poder, lleno de diálogos pomposos o vacíos -, la Banks se despacha con un alegato ultrafeminista que bordea lo panfletario. Los jefes coquetean con las empleadas, los dueños de empresas las tratan como sirvientas (aunque sean super ingenieras de informática), los guardias de seguridad manosean a las mujeres y, cuando no, los villanos de turno se babosean con ellas porque piensan que son bonitas y huecas. Una aliada del trío se resiste a trabajar con ellas porque, en su momento, le prometieron ayuda para mantener su clínica de abortos abierta; y al final la Scott recibe el entrenamiento oficial de la agencia, plagado de figuras femeninas de renombre como Rhonda Roussey, Danica Patrick y hasta el icono LGBT Laverne Cox. Los varones abusadores son empalados y las mujeres independientes, valientes y fuertes, reciben su recompensa.
Si la señora Banks quería hacer un filme sobre el abuso de poder sobre las mujeres, podría haber dirigido un drama (¿Bombshell?); pero en un filme pasatista como éste suena descolgado y hasta banaliza la importancia de tales injusticias. Elizabeth Banks es muy bonita y creo que es una muy buena actriz, pero como directora apesta – dirigió la terrible (aunque taquillera) Pitch Perfect 2, y el chocante segmento donde a Chloe Grace Moretz le venía la “tía de rojo” en el peor momento en Movie 43, una falta de respeto total para la mujer considerando que ahora ella se golpea el pecho y se clama feminista -, y solo obtiene el sillón de director porque su marido debe tener banca en Hollywood. Acá todos sus defectos, falencias e impericias quedan a la vista, y aunque el cast se defiende como puede, es incapaz de rescatar algo tan tosco e incoherente como esto. No, no es de uno de esos filmes que es tan terrible que a los cinco minutos los frenas y los sacas del reproductor de DVD, sino que es una de esas películas que amenaza con mejorar y siempre empeora, metiendo alguna escena pasable de vez en cuando con lo cual tenes esperanzas que se redima al final… cosa que, obviamente, no ocurre. Es terriblemente frustrante. Por su bien, y por el del resto de la humanidad, espero que la señora Banks no vuelva nunca mas a dirigir nada (por lo menos hasta que aprenda el oficio como debe! – así no suena como un comentario machista -), y no porque es mujer sino porque es una pésima libretista y cineasta.