Primero fue una serie de 5 temporadas en la década del 70, luego un par de películas a principios de los 2000s, y ahora con guión, producción y actuación de Elizabeth Banks llega el reboot de Los Ángeles de Charlie que intentará darle una mirada mas feminista a la franquicia y los que todos quieren saber es: ¿Era necesaria? No. ¿Es buena? No. ¿Es entretenida? Hasta ahí.
La película se centra en Elena (Naomi Scott), una ingeniera radicada en Hamburgo que se siente menospreciada por ser mujer y descubre que sus superiores intentarán vender un dispositivo que revolucionará la energía llamado Calisto como un arma debido a una falla. Es ahí cuando recurre a la agencia (por que ahora descubrimos que existen academias de ángeles en varios partes del mundo. Si, algo muy similar al también innecesario reboot de Men In Black de este año), y con la ayuda de los ángeles Jane (Ella Balinska) y Sabina (Kristen Stewart) deberán detener el malvado plan a través de varias escenas de acción y persecución entremezclados con varios chistes sin gracias y repetitivos. Un guion bastante flojo y aburrido.
Los Ángeles de Charlie es un reebot de la saga pero a la vez una continuación, tanto de la serie como de la películas anteriores. No es una secuela directa, claro y de hecho funciona (si es que podríamos decir que funciona) como una película independiente, pero hay pequeños detalles que nos dan a entender que se ubica en el mismo universo. Como por ejemplo, una sucesión de fotos donde vemos al personaje de Bosley, intepretado por Patrick Stewart, con las diferentes encarnaciones de los ángeles. Es acá donde aprendemos que existen varios Bosley ya que así se llama el cargo de asistente de Charlie (y así justifican el cambio de actor del personaje entre la primer y segunda película) y de hecho Elizabeth Banks interpreta a la primer ángel que asciende a ese cargo.
La película no se difiere de nada de cualquier película de acción promedio, no es un desastre, puede llegar a entrener, pero tampoco es de lo mejor que vamos a ver, ni de cerca. En lo que intenta diferenciarse es en mostrar un enfoque más feminista y demostrar que ellas también pueden ser tan o más badass que los hombres. El problema es que la directora quiere demostrarlo tanto que todo la fuerza puesta ahí no la vemos en la historia ni en el guion. Y no solo eso, sino que al darle tanto énfasis, termina jugando en contra del mensaje que se quiere dar.
La propia directora salió a defenderse del fracaso en taquilla alegando que los hombre no quieren ver películas de acción protagonizadas por mujeres. Y tenemos los claros ejemplos recientes de Wodner Woman y Capitana Marvel de que esto no es así. No importa el género del protagonista, importa que sea una buena película, y esta no lo es. Además, si se quiere luchar contra los esteriotipos de las mujeres que se veían en cine hasta no hace mucho, no sería la mejor forma hacerlo a base de tratar a los hombres también con esteriotipos como abusadores, tontos, babosos y violentos, tal como lo hace esta película.
Posiblemente debido al fracaso no tengamos una segunda parte y Los Ángeles de Charlie vaya directo al cementerio de los reboots innecesarios, mientras que las películas de los 2000s, sin ser la gran cosa, quedarán en la nostalgia como películas de acción que además de ser entretenidas, a base de jugar con lo inverosimil (algo que acá no lo hace), intentó innovar el género.
Ah, y para los que preguntan por Charlie ahora es mujer y modifica su voz como la de un hombre, porque se ve que solo así puede liderar a un grupo de mujeres. Sí, todo el mensaje que se quiso dar en la película termina contradiciendose.