Elena Houghlin es técnica en informática en una empresa que crea el dispositivo Calisto, capaz de controlar la electricidad sin ningún tipo de cable. Lo que parecía ser el futuro de la energía limpia, también puede ser usado como arma, y es por eso que una agencia de espionaje entra en acción para salvar a Elena y evitar que dicho artefacto caiga en las manos equivocadas. Pero hay más de un implicado en dicho caso.
Luego de la injustificada polémica que desató Elizabeth Banks debido al fracaso de taquilla que está siendo Los Ángeles de Charlie en Norteamérica, tenemos que coincidir con el gusto de los espectadores del país del norte, y asegurarles que estamos ante uno de los peores films vistos en el 2019.
La cantidad de cosas mal concebidas que tiene esta película es alarmante. Ya hemos visto como a veces las cintas de acción fallan en las escenas donde deben destacar, o en la creación de sus personajes, e incluso en las actuaciones. Pero rara vez somos espectadores de un proyecto que le erra a todos los apartados; incluso hasta en la música.
Lo que más salta a la vista, entre las cosas negativas, son lo mal rodadas que están las escenas de acción. Desde el más que evidente uso de los dobles, y, por ende, planos para no ver las caras de las actrices, hasta la más que obvia utilización de cables. Aunque si vale decir que Ella Balinska logra salir bien parada en dichas secuencias; porque si tenemos que mencionar la labor de Kristen Stewart como heroína de acción… habría que buscar quien fue el ejecutivo culpable de dicho cast.
Pero el principal error de Los Ángeles de Charlie es no haber entendido que hizo exitosa al film de hace más de una década. Todos sabemos que aquella película era mala, pero en su elenco tenía a una de las actrices más convocantes del momento, así como otra que era (y es) muy querida por toda la audiencia; algo de lo que carece la nueva entrega. Pero más grave aún, es que este intento de reboot decide tomarse enserio así mismo, en vez de abrazar su lado más ridículo y absurdo, algo que, si hacía, y bien, la obra que tenía a Drew Barrymore a la cabeza.
Los Ángeles de Charlie termina convirtiéndose en una película pésima, con muy poco salvable (lo mencionado de Balinska y un chiste cinéfilo). El resto es una sucesión de sin sentidos, que se esfuerza a cada momento para conectar con el espectador, pero que desde su concepción nunca entendió al mismo; algo que queda en claro con las recientes declaraciones de Elizabeth Banks.
A verla bajo su propio riesgo.