Por entretenidas que nos hayan parecido la serie original de los 70 y las dos películas de los 2000, Los Ángeles de Charlie siempre tuvieron un costado algo cosificador de la mujer.
Traer ese mismo concepto a casi 17 años de las últimas películas implica, naturalmente, un adaptación a los tiempos que corren, donde la mujer no solo no va a permitir dicha cosificación, sino que va a hacer oír su oposición por todo lo alto.
No obstante, si la idea es dar un mensaje, incluso en un contexto tan liviano como lo puede ser una película de acción con toques de comedia, la sutileza se vuelve esencial. Cuando la sutileza es ausente en el mensaje se vuelve bajada de línea, y ese es el error (entre tantos otros) que contamina a esta nueva iteración.
Desangeladas
El guion de Los Ángeles de Charlie posee giros predecibles y conflictos que se resuelven con demasiada facilidad. Hay un intento de insertar un costado dramático que no funciona del todo, y la leve comedia que fue marca de fábrica del concepto no termina de funcionar.
A esto tenemos que agregar que, visualmente hablando, las escenas de acción son confusas, con un montaje picado que quiere hacer muchas cosas a la vez pero no acierta en ninguna. Por el costado actoral, Kristen Stewart y Naomi Scott otorgan una cuota de simpatía haciendo el intento de salvar al barco de la zozobra, pero no lo logran. Un veredicto que tristemente también se aplica a Patrick Stewart.
Por desgracia, Los Ángeles de Charlie tiene un gran defecto más allá de lo cinematográfico y es la postura ideológica que plantea. Una ideología nada sutil -y no pocas veces contradictoria- que se la embarran en la cara al espectador desde la primera escena. Un claro ejemplo de esto es cuando el personaje de Kristen Stewart le arroja una serie de estadísticas a un poderoso empresario mientras, contradictoriamente, le baila encima de forma seductora. Como si el detalle tan minucioso de dichas estadísticas no fuera tan violentamente obvio, luego de esta escena se corta a un montaje con imágenes de mujeres realizando deportes extremos. ¿Qué tiene que ver con los ángeles? No lo sabemos, lo que sí sabemos es que es algo más propio de un avance de una serie de Discovery Channel y no la puesta en ambiente de una película de gran presupuesto.
Muchos dirían que esto es un despliegue ahogante de feminismo: no es para nada la expresión adecuada al definir tal situación, ya que el feminismo hecho y derecho aboga por la igualdad, un ideal que no aparece en ningún lado en esta película.
Los ideales de Los Ángeles de Charlie están más cercanos a la misandría que a cualquier otra cosa. Parece proponer que todos los hombres no son más que estúpidos, traidores y sexistas. Las únicas excepciones parecerían ser el personaje de Djimon Honsou, quien dura muy poco tiempo en pantalla, y una suerte de guru que cura el “cuerpo, mente y alma” de los ángeles. Una cosificación e idealización del hombre que no está muy alejada del que el hombre tenía de la mujer.