INCOMPLETOS
El ambiente de Los ausentes es onírico y sórdido. Encontramos allí a personajes indescifrables que desde la secuencia inicial podemos arriesgar que buscan algún tipo de redención. La ópera prima de la reconocida guionista y productora Luciana Piantanida surgió de un collage de ideas aleatorias que se fueron indexando con la técnica de cadáveres exquisitos. Tuvo un rodaje previo en 2009 pero se frustró por inconvenientes técnicos, económicos y meteorológicos.
Un pueblo espera el carnaval mientras algunos hacen malabares para esconder lo que les duele: sus ausencias. Hasta de ellos mismos. Un bebé perdido, la burocracia después de la muerte y la indigencia giran en esta historia como planetas de galaxias diferentes… hasta que terminan alineándose para un mismo fin (y justo en el clímax de la celebración).
Filmada en Carlos Beguerie, pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, la película otorga desde la locación esa extrañeza del foráneo. Y hace ley eso que dicen de “pueblo chico, infierno grande”. Hay una escena que no casualmente es en un bar (algunos los llaman los termómetros de los pueblos) donde la directora ubicó a parte de los responsables del film como extras, para resignificar el proyecto desde lo colectivo.
Las actuaciones son muy buenas pero el protagónico de Jimena Anganuzzi es el que tiene más peso específico, tanto en convencimiento como en entrega. La fotografía es sugerente cuando se lo necesita y la música -original- sabe marcar bien lo que no nos dicen estos personajes, que haciendo una estadística rápida con la duración del film y el volumen del guión podemos decir que son gente de pocas palabras, que esconden mucho más de lo que demuestran.
La fiesta y el dolor pueden terminar siendo la misma cosa.
Las elipsis sobreabundan en una historia llena de ausencias y fantasmas, y al final tendremos que atar muchos cabos sueltos y aún así nos quedaremos pensando en información que falta. Toda esa confusión producida al espectador no se sabe capitalizar en un final que deja gusto a poco.
Después de su primera experiencia como directora, esperamos de Piantanida nuevas películas que salgan de lo habitual y se trabajen con el mismo nivel de tenacidad e intensidad. Tiene un futuro muy prometedor.