Una pareja en crisis atiende el bar del pueblo -una especie de pulpería venida abajo- al cual llega un forastero misterioso en busca de hospedaje. Por alguna otra calle, un hombre se venda los brazos -secuelas de un reciente accidente- y sale a intentar resolver un trámite que parece imposible.
El carnaval está cada vez más cerca, pero no se lo escucha. No hay comparsas en preparación, ni murgas que ensayen, ni ruidos de batucadas. Los habitantes están a la espera de la noche en que los bailes, la música y la espuma congelan la realidad por un rato.
Los Ausentes es una historia donde todo se gesta. Un hijo, una ruptura, una celebración ocurren al mismo tiempo. Las ausencias aparecen representadas en fallecimientos, desapariciones y rupturas. Los duelos que cada una de esas situaciones ameritan, hablan de lo que perdura pero, también, a todo lo que ya no está.