La segunda película del director mexicano Amat Escalante (que se presentó en el Festival de Cannes) aborda el tema de la falta de oportunidades laborales de dos jornaleros indocumentados mexicanos en la ciudad de Los Angeles.
El film sigue a través de planos estáticos y extensos las veinticuatro horas de Jesús (Jesús Moisés Rodríguez) y Fausto (Rubén Sosa), quienes afrontan diariamente la necesidad de obtener dinero para subsistir.
Los bastardos combina realismo social y crimen a partir del momento en que los protagonistas irrumpen en el domicilio de una mujer, Karen (Nina Zavarin), y la someten a un juego peligroso. En ese sentido, la película está plasmada como una "olla a presión" a punto de estallar. Lejos del resultado de Funny Games, con Naomi Watts (que en nuestro país salió directo al DVD), el film sólo encuentra algunos apuntes interesantes sobre la violencia contenida, pero no siempre su bala da en el blanco.
Los bastardos, hablada en español y en inglés, no se trata de producto de acción, sino de una muestra de cómo el orden cotidiano (madre e hijo adolescente) puede alterarse en cuestión de minutos por la presencia de dos hombres (y una escopeta) lanzados al mundo delictivo.
Aunque tiene dos escenas de fuerte impacto, éstas no alcanzan para levantar el interés de un relato moroso que se toma sus tiempos para contar sus horas de desamparo y muerte.