Lección de tolerancia en envase chico.
De la misma productora que llevó a la pantalla grande Coraline (2009) y luego Paranorman (2012), Los Boxtrolls se suma a los productos animados para niños que pretenden quitar reinado al imbatible Pixar, con propuestas diferentes en cuanto a estilos y orígenes de las historias. En este caso, basada en la novela Here Be Monsters! (Inglaterra, 2005), del británico Alan Snow, quien también la ilustró con más de quinientas láminas, que forma parte de una trilogía y fuera publicada en Estados Unidos en 2006.
Los directores, Graham Annable y Anthony Stacchi, se encargaron de construir un contexto que, más que ver con lo histórico, hace hincapié en el universo de estos monstruos que cubren sus cuerpos con cajas de cartón, sobre quienes pesa la mala prensa de ser peligrosos para los habitantes de la ciudad en la que transcurre la historia. Cercana a la Inglaterra de la Revolución Industrial, de acuerdo al escenario de la novela de Snow, los boxtrolls viven en las alcantarillas y en esporádicas ocasiones salen a la superficie a exponerse a la caza por parte de los villanos de turno. También ocupa el centro de la escena Huevo, un niño de diez años que por un hecho fortuito, que no revelaremos, aprendió a convivir con ellos, distanciado del contacto con humanos y huérfano de padre o familia alguna.
Como suele ocurrir en este tipo de películas dirigidas al público menudo y diseñadas en parte para satisfacer a la audiencia adulta que acompaña, el mensaje para los pequeños es el de la tolerancia y el descubrimiento de las diferencias, aspecto que lejos de implicar peligro resulta enriquecedor para el corazón. De ahí, el falso rumor de los monstruos que comen niños y que prevalece como estrategia de control de los habitantes de Cheesebridge y como parte del ambicioso plan de exterminio pergeñado por el inescrupuloso Archibald Snatcher (voz original de Ben Kingsley), adepto a la degustación de quesos y a vestirse de mujer y cantar bajo otra personalidad. En un menor grado, también se destaca el trío de secuaces, especialmente uno de ellos que cuestiona si cazar monstruos es algo bueno o malo, en contraste con el frío y violento compañero que goza en cada cacería, con el sufrimiento de las pobres criaturas azules.
Quien queda un tanto desdibujado en el relato es el niño, Huevo (voz de Isaac Hempstead-Wright, conocido por su rol de Bran Stark en Game of Thrones), así como algunas referencias a los quesos, por ejemplo, el nombre de la ciudad, Cheesebridge, dato que se pierde completamente en la versión en español.
Por momentos lúgubre y tétrica desde lo visual, pero con un ritmo dinámico para que los niños no se aburran, Los boxtrolls seguramente obtenga un buen recibimiento de la platea menuda, aunque no está a la altura de Coraline, por ejemplo, desde el punto de vista del riesgo creativo y la construcción de un universo propio.