Cuando uno busca entretenerse con una buena comedia siempre recae en elegir entre las miles de películas norteamericanas de este género que mayoritariamente mantienen el mismo estilo cómico y que con el pasar de los años van decreciendo en su calidad. Sin embargo, cuando ahondamos más en la búsqueda, nos encontramos con un territorio no muy explorado comercialmente en Argentina que le da una vuelta de tuerca a la comedia, la cual, además de divertirnos, nos puede atrapar con su historia, elenco y hasta con su sofisticado acento: el humor británico.
En «Los Caballeros» nos encontramos con Mickey Pearson (Matthew McConaughey), un expatriado estadounidense que se hizo millonario construyendo un imperio de marihuana en Londres. Cuando se corre la voz de que está buscando retirarse del negocio, se desencadenará una serie de tramas y planes de aquellos que quieren sus dominios.
Guy Ritchie volvió. Después de un inconvincente live action de «Aladdin» que ni pincha ni corta en su filmografía, Ritchie vuelve a sus orígenes, escribiendo y dirigiendo una obra de su elemento que entrelaza el humor negro con el cine de acción, el mundo de las drogas, los excelentes escenarios de Gran Bretaña y un elenco de lujo.
El film exhibe la historia con un montaje impecable y de forma muy original al guiarnos a través de ella en forma de flashbacks, rememorando la trama principal ocurrida en el pasado en una situación del presente, como si de contar un cuento se tratara. Esto permite que cada uno de los personajes, a medida que se nos van introduciendo, puedan destacar por sí mismos y podamos conocerlos a la perfección no dando lugar a la confusión del espectador.
El guion escrito por el director presenta un humor inteligente, irónico y nada forzado que, además, no abusa de ningún elemento haciendo que la película se transforme en una armonía audiovisual entre comedia y violencia haciendo uso de la música y, sobre todo, del entorno, para ampliar la experiencia del público, como las elegantes calles de Londres o el majestuoso Emirates Stadium.
Los personajes de Henry Golding, Jeremy Strong y Michelle Dockery son representados perfectamente pero no llegan a destacar demasiado en pantalla, quizás por encontrarse a la sombra del resto del elenco o quizás por no lograr exprimir su potencial por completo, especialmente los dos primeros, al ser los antagonistas del film. Quien sí lo consigue es Colin Farrell, quien con menos tiempo en cámara que el resto, deslumbra increíblemente con su papel mostrándonos que lo que importa no es la cantidad sino la calidad.
Y si de calidad se trata, Matthew McConaughey se lleva todos los elogios de los anteriores juntos. La versatilidad y porte de este actor hace que con solo saber que es parte del elenco, le demos una oportunidad al film, ya sea en obras maestras como esta, o en grandes decepciones como su anterior film «Serenity».
Al existir una gran cantidad de performances impecables, es imposible no nombrar cada una de ellas; y como si las anteriores mencionadas no fueran poco, el premio en este caso se lo lleva la dupla protagonista de Hugh Grant y Charlie Hunnam. Este dúo hace de sus actuaciones, ya sea por separado, como en el constante diálogo teatral que mantienen en sus escenas conjuntas, una obra de arte. Con dos personajes muy distintos entre sí y muy diferentes a los papeles vistos en ellos anteriormente, Grant nos demuestra que su talento está lejos de acabarse y Hunnam que es un actor con grandes vistas al futuro.
En resumidas cuentas, Guy Ritchie se redime de su anterior film trayéndonos una comedia de la realeza: violenta y divertida, pero con clase. Con un trabajo detrás de cámaras de calidad premium y un elenco intachable al que solo le faltó explotar un poquito más sus papeles antagónicos, «Los Caballeros» no decepciona, retiene nuestra atención en todo momento y por sobre todo, nos hace reír sin exagerar o ridiculizarse, algo que no es común hoy en día.