Con el sello de Guy Ritchie
Vuelve el director británico Guy Ritchie con un nuevo título que se asemeja bastante en guión y dinámica a sus trabajos anteriores, ''Snatch'' y ''RocknRolla'' más precisamente. Además de dirigir escribió también el guión junto a otros colaboradores habituales de él.
En esta ocasión nos trae una historia de narcos con estilo, un tipo de mafia que sabe de elegancia y metáforas rebuscadas. El capo narco Michael Pearson (Matthew McConaughey) tiene un negocio multi millonario de venta y distribución de marihuana que espera una nueva revalorización con la inminente legalización del cannabis. El tema es que Michael ya viene un tanto cansado de ser el león de la selva y se ve tentado a vender el negocio para retirarse a una vida tranquila, lejos del mundo gangster. Cuando aparece un posible comprador, se desata una serie de problemas relacionados con el código de la mafia. Si está por vender, ¿por qué lo hace? ¿Estará en una posición más débil ahora? ¿Puedo quedarme yo con su negocio y boicotear la venta? Son interrogantes que se hacen otros capos mafiosos que deciden entrar al juego y desatar una serie de hechos violentos y entretenidos.
El elenco incluye grandes nombres y actores de moda, algo que le gusta tener a Ritchie en sus trabajos. Esos nombres son Hugh Grant, Colin Farrell, Charlie Hunnam, Eddie Marsan, Michelle Dockery, Jeremy Strong y Henry Golding. Desde lo interpretativo todos hacen un buen trabajo y el guión de Ritchie les permite dar rienda suelta al histrionismo y la creatividad. El reparto siempre suele ser un punto fuerte en sus películas. Si vamos al guión, creo que es bueno pero no es nuevo. Es decir, está concebido de una manera que intriga y entretiene, pero en dinámica es bastante similar a otros trabajos suyos. Es como si hubiera decidido reflotar la vieja fórmula con una historia distinta y elenco nuevo. No está mal, pero con tantas propuestas tampoco resalta ni ofrece algo nuevo. Digamos que está destinado a no ser uno de sus trabajos más recodados.
''The Gentlemen'' tiene los ingredientes típicos de Ritchie. Personajes extravagantes, diálogos intrincados con mucho uso de metáforas, humor negro, acentos muy británicos, ropas exclusivas, muchas armas y violencia.
Es un cóctel entretenido y a los espectadores a los que en general les hayan gustado los trabajos del director, disfrutarán también de este film. Seguro a la semana ni se acordarán que lo vieron, pero en el momento la van a pasar bien.