Guy Ritchie se hizo famoso por sus películas de criminales excéntricos y por un estética barroco muy vistosa, una especie de sub Quentin Tarantino con personajes bien caricaturescos. Fue así que dos de sus películas, Juegos, trampas y dos armas humeantes y Snatch: Cerdos y diamantes lo convirtieron en un director de culto. Sin duda son las películas que mejor reflejan su identidad. Luego se sucedieron otros films en ese estilo y algunas desviaciones del camino producto de su matrimonio con Madonna y sus contratos con grandes estudios. Fue así que dirigió Sherlock Holmes (2009), El Agente de C.I.P.O.L. (2015), El rey Arturo (2017) y Aladdín (2019), títulos desparejos e incluso malos en algunos casos. Los caballeros supone un regreso a las fuentes con su historia de criminales excéntricos e historias absurdas.
Mickey Pearson (Matthew McConaughey) es un poderoso traficante de marihuana de Estados Unidos asentado en Inglaterra que desea vender su negocio a un comprador británico a cambio de una fortuna. Por supuesto que todo se complica, surgen personajes y se abren toda clase de subtramas, además de saltos temporales y escenas que se repiten pero desde otro punto de vista. Todo muy ingenioso pero poco novedoso, como una versión muy gastada de los primeros dos films del realizador. Pocas cosas son graciosas y todo lo demás es material ya agotado. Tardó mucho en volver Guy Ritchie y su cine ha sido copiado y gastado a un nivel que ya ni siquiera parece pertenecerle. Del importante elenco el único que consigue un buen resultado con su personaje es Colin Farrell, que se ríe de todo con ganas y con simpatía.