Según cuenta su director Luciano Nacci, este documental se filmó durante 45 días recorriendo la isla cubana. Al alejarse de las ciudades más identificadas y concurridas por el turismo como La Habana, Varadero o la zona de Los Cayos, el foco estuvo puesta en zonas rurales, donde los entrevistados cuentan sus recuerdos y presente con la sencillez de la vida cotidiana. En un formato muy tradicional donde se suceden los testimonios y hay muy poco de relato, estos anti-héroes abren las puertas a lo cotidiano, los recuerdos, las frustraciones y hasta una mirada crítica que se hace desde el anonimato. Artesanos, agricultores, amas de casa, dueños y arrendatarios, músicos y cantantes que en general halaban la Cuba de hoy.