Entre el filme de suspenso y el (¿falso?) documental funciona esta muy buena película de Luis Bernárdez, que investiga acerca de la posibilidad de que Buenos Aires haya sido creada, edificio por edificio, en imitación a París por parte de una poderosa logia secreta a fines del siglo XIX.
La investigación la conduce una tal Suzanne, una periodista francesa que llega aquí siguiendo esa información y buscando pistas entre historiadores, arquitectos y otros especialistas. Quiere saber si existieron o no los “corroboradores” que dan título al filme –y que se reunían en secreto en el Jockey Club a finales del siglo XIX– o si son tan solo un mito urbano. Y los especialistas (reales todos) juegan también sosteniendo esa teoría y hablando de las sociedades arquitectónicas del Buenos Aires de entonces.
Esta búsqueda detectivesca funciona en un registro por momentos levemente humorístico apostando a que el espectador decida cuánto de real y cuánto de falso tiene el relato. Es que tanto los entrevistados como las comparaciones arquitectónicas de edificios de aquí y de allá permiten pensar que el filme tal vez sea más que un juego.
La película se alargará un poco debido a una subtrama de carácter policial que es bastante menos interesante que el centro del relato pero el espíritu (lúdico, detectivesco, de secretos y misterios) se mantendrá en todo momento. Los secretos de la bella y misteriosa Buenos Aires dan para imaginar las historias más descabelladas y, a la vez, pensar que pese a todo, pueden ser reales.