Los corroboradores, de Luis Bernárdez
Por Mariana Zabaleta
Una historia trágica, la que se escribe por sobre las crisis. La ciudad de Buenos Aires como territorio de lucha y mapa de idiosincrasias. Este falso documental pone sobre relieve un par de verdades; modelos de ciudad y modelos de nación dan forma a la carne y el concreto. Los edificios de la ciudad son testimonio y testigo de dichos proyectos.
Jano, de rostro bifronte, es el símbolo de Los corroboradores. Primera pista de la investigación, a la que asistimos, a través del relato de una periodista francesa en Buenos Aires. La marca de Jano nos indica la existencia de una logia, descubierta por un misterioso investigador uruguayo, su participación en off será pieza fundamental en la reconstrucción del relato. Un mito dentro de un relato, la narración de los hechos versa sobre una investigación: Los corroboradores se inscriben como mito fundacional de la ciudad de Buenos Aires. Dejando de lado, e invisibilizando el sustrato prehispánico heterogéneo de estas tierras, la elite fundadora del (aun existente) Jockey Club será la protagonista de esta hercúlea empresa.
Ya Lugones supo poner la poesía épica, y su funcionalidad en el mundo griego, en vinculo directo con la música y la poesía gaucha. Bernandez, en la exposición (vía entrevista a especialistas) del mito de Los corroboradores vincula la similaridad de ciertos edificios, patrimonio de la ciudad, con edificios de importancia institucional de Paris. Nada es casualidad cuando se superponen las imágenes de archivo, postales y antiguos videos, sobre las fachadas de los edificios. Una modernidad en crisis se cristaliza en el símbolo bifronte, mirar hacia atrás para construir el futuro, dejando Paris para reubicarse en Buenos Aires.
La misma operación, que se efectúa sobre las imágenes en la película, es la que constituye la construcción de la ciudad y de la identidad Latinoamericana en sí. La patria del pastiche y el bricolage, territorio de citas entre estilos y estéticas. Los corroboradores, primeros posmodernos, donde el plan de recreación de lo exógeno (el ser parisino) se concreta (trágicamente) en la hibridación. Duchamp sabiamente señaló: “Buenos aires no existe”: no-lugar como aquel que surge del impulso vital del desarrollo y la crisis de los modernismos. La vigencia de los tópicos tratados es estremecedora, lo mejor del misterio y las intrigas internacionales para aquellos espectadores que no temen poner su realidad en duda.
LOS CORROBORADORES
Los corroboradores. Argentina, 2017.
Dirección y Guión: Luis Bernárdez. Intérpretes: Andreé Leonet, Carlos Altamirano, Daniel Schávelzon, Rafael Cippolini, Gabriel Dimeglio. Producción: Luis Bernárdez. Distribuidora: Independiente. Duración: 70 minutos.