El buen humor, y los buenos chistes, continúan en la secuela del film de Dreamworks sobre la familia de la Prehistoria que fue un éxito hace ya ocho años. Con nuevo director, la historia ubica a estos Picapiedra contemporáneos más crecidos y en pleno descubrimiento de costumbres ajenas. Con la aparición de una familia que pertenece a un estadío más avanzado en la escala evolutiva. Nuevos amigos que pronto serán también la puerta a las diferencias, los prejuicios y los choques culturales.
Todo lo que ya se exprimía con inteligencia a partir de la premisa original, con su riqueza de mirada sobre nuestra vida actual, encuentra ahora links directos a cuestiones recientes. Muros que se levantan para protegerse de Lo Otro, juegos con las referencias y los anacronismos, dardos acerca de los caminos del desarrollo humano que descuidan el planeta que los cobija. Hay aventura, buen ritmo, humor e inteligencia suficientes en esta segunda parte como para plan más que recomendable para animarse a volver a la salas, en familia.