Es una pena que todavía (¡todavía!) las películas animadas se piensen como espectáculos únicamente infantiles, cuando en su mayoría se diseñan como films que unen al adulto con el niño para compartir una experiencia que pueda tocarlos a ambos. “Los Croods” justamente habla de eso, de la unión en la diferencia a través de compartir una experiencia común. El director es Chris Sanders, alguien que ha realizado dos grandes películas animadas sobre la familia y la unión ante lo extraordinario: esa obra maestra que es “Lilo & Stitch” y la muy buena “Cómo entrenar a tu dragón” (dos películas que no requieren un niño al lado para que el espectador termine emocionado).
El film narra cómo una familia prehistórica, tras un cataclismo, debe dejar la cueva y aventurarse en un lugar nuevo con cosas totalmente nuevas, y de la tensión entre un “paterfamiliae” conservador y miedoso y una joven aventurera y curiosa. Lo interesante del arte de Sanders consiste en que, si bien no desdeña los momentos de acción que le permiten lucir el 3D y el diseño por computadoras, mantiene a los personajes en equilibrio, los hace complejos y no necesariamente arquetípicos, capaces de cambiar y no rígidas herramientas del guión. Juega mucho el diseño y la gestualidad de criaturas que han sido creadas primero en papel y lápiz y luego PC en mano, y eso es un arte secreto pero impresionante.