Partícipes del pasado
Este documental explora el pasado de la colonia Salinas Grandes, población asociada a la explotación salinera pampeana, que por decisión empresaria fue relocalizada. En ese pasado y en ese lugar borrado está algo así como el módico paraíso perdido de los testimoniantes, trabajadores que cuentan sobre sus modos de habitar ese particular espacio, su equipo de fútbol, la llegada del primer televisor, los cambios laborales y las luchas. El tono y la música del documental oscilan entre elegía y la nostalgia; también lo hacen varias declaraciones y las muy buenas imágenes del abandono (y las imágenes en general, que aprovechan con sabiduría la luz pampeana). La aparición -afortunadamente no omnipresente- de una voz narradora refuerza lo que ya está establecido, pero con una pátina literaria que no suma, sino que redunda, sobre todo en un documental que ya tenía la falta de concisión como principal defecto. Más allá de ese problema hay una solidez general y una fuerte decisión -una pasión obstinada- por interesarnos en estas historias particulares, por hacernos partícipes de ese pasado. En algunos pasajes de Los cuadros al sol ese objetivo se logra con criterio y sobriedad.