Las ruinas
El documental de Arian Frank narra la historia de la colonia Salinas Grandes, ubicada en la provincia de La Pampa. Un pueblo levantado y destruido por una empresa que explotó el salar durante gran parte del siglo pasado y del que hoy solo quedan ruinas.
En Los cuadros al sol (2014) Salinas Grandes es la protagonista de una historia de tintes cinematográficos. Un pueblo construido por una empresa que comercializaba la salina para que lo habiten sus empleados, y que años más tarde es destruido en su totalidad sin ningún tipo de prurito.
El realizador divide el documental en cuatro ejes tématicos y toma como interlocutores a varios ex habitantes de Salinas Grandes para narrar los hechos acontecidos. Durante la introducción focalizará sobre lo que fue y quedó de ese pueblo, para luego pasar a un conflicto gremial ocurrido a mediados de los 70 que servirá para mostrar los motivos que llevaron a su construcción, los lazos fraternales establecidos, la forma de actuar en completa solidaridad de sus habitantes y lo que podría ser el principio del fin. El tercer punto estará puesto en el desmantelamiento total y el traslado de sus habitantes a Macachín, ubicado a 12 km del lugar, lugar donde se reinstaló la fábrica, mientras que en el final se expondrá el no entendimiento del porqué de la destrucción total, el deseo permanente de volver que sienten quienes alguna vez lo habitaron y esa sensación de arraigo que los atraviesa y de la que no pueden desprenderse.
Narrativamente el documental crece a medida que la historia avanza y el eje va cambiando. Sobre todo porque al comienzo lo que cuentan sus personajes se torna reiterativo. Pero esto muta cuando la historia pasa al conflicto gremial y se produce un quiebre en el abordaje. El tratamiento estético resulta interesante ya que cada plano está construido como si trátese de los cuadros a los que hace referencia el título.
Pese a sus altibajos narrativos, Los cuadros al sol resulta una interesante alternativa para conocer la historia de un pueblo que un día desapareció. Y no por obra de la naturaleza, sino por la del propio hombre.