Los cuerpos dóciles

Crítica de Federico Cobreros - Alta Peli

El documental de Matias Scarvaci y Diego Gachassin tiene una premisa bastante interesante. Que en otro caso hubiera sido solamente digna de ver por el tono y la temática que aborda, pero nada más. Sin embargo es Garcia Kalb quien llevara adelante el relato, y lo hará con la misma astucia y vehemencia con la que lo vemos hacer sus alegatos.

Alfredo Garcia es siempre 100% consciente de la cámara, juega con ella, y por medio de ella con el espectador. Lo interpela, lo lleva a un mundo en el que uno se siente incomodo y se le hace imposible no empezar a juzgar a los defendidos que parecen a priori “bastante culpables”, como se dice.

Aun así, seremos testigos de lo siniestro del sistema penal. Lo siniestro de sus acusados, de los acusadores, de la policía, del sistema penal todo, de las cárceles y de como Garcia Kalb con mucha cintura se mueve como un pez dentro de todo este sistema. Veremos como para algunos de sus defendidos, pasados, corrientes y futuros, este abogado es una especie de héroe, al cual le dedican asados y brindis con vino, hasta se encarga de la animación de fiestas como el Día del Niño dentro de los penales. También podremos ver detrás de la cortina, como es este hombre en su vida, como padre y como ser humano, y veremos que es un tipo que “labura” todo el tiempo, y lo hace por plata (¿acaso no lo hacemos todos?).

Carisma:
Como dije, Los Cuerpos Dóciles está parado sobre Garcia Kalb, sobre su carisma y sobre su atractivo como personaje. Su modo de hablar, de desenvolverse, su aspecto, sus estrategias legales. Todo es atractivo al punto incluso del morbo, queremos que gane sus casos, queremos ver como le va en la corte. Y sobre todo, queremos seguir viendo más de él. Sus frases, sus diálogos, todo lo que Garcia Kalb dice o hace es el único atractivo del documental, y obviamente no necesita más. Frases del calibre de “te encontraron el arma, mi vida. Estamos hasta la pija” contribuyen a lo bizarro de estar viendo un proceso penal real, mientras dos chicos acusados de robo son juzgados. La cámara está para seguir y que Alfredo cuente. Ni puestas jugadas, ni iluminación o fotografía estrafalaria, nada de eso es necesario para que se instale en nosotros y nos deje atornillados a la butaca.

Conclusión:
Los Cuerpos Dóciles es un documental que realmente no te deja sacarle los ojos de encima. Garcia Kalb ejerce una atracción sobre el espectador que pocas veces he visto, y tanto los directores como él mismo lo utilizan a su favor. Los casos que vemos, las situaciones son accesorias, y tan sólo están allí para que veamos como el abogado se desenvuelve. Una apuesta realmente más que interesante y sobre todo única en nuestro país.

Un documental más que recomendable para todo el mundo. Interpelara al espectador de manera frontal y sin vergüenza. Pero como la ley, logrará que seamos imparciales y tan sólo nos enfoquemos en el proceso. Pero siempre sin sacarle los ojos de encima a Alfredo. Después de todo, ¿quien no querría compartir un asado con un tipo como él?