El universo de DC hace años que viene fallando en su intento de emular al universo cinematográfico de Marvel. Quizás ahora que los muchachos de la gran M empiezan a fallar y a parecer cómicos standaperos en desgracia, DC con productos de apenas 6 puntos pueda comenzar a equiparar la ecuación. Después de la gran película que fue Wonder Woman, llega con mucha expectativa Liga de La Justicia. Y lo hace con mucho hater preparado a odiarla y mucho fanboy preparado a defenderla. Aquí es donde radica el tema. Esta crítica en cuestión es eso, una review de una película. No examina un universo, o cuán acertados son tales o cuales personajes. Y ahí es donde Liga De La Justicia puede encontrar un camino, al menos medianamente favorable. Un Cortometraje de dos horas: Estructuralmente hablando, Liga de la Justicia parece un cortometraje de dos horas, como diría alguien por ahí “agarra y empieza”. Esto que en otra película sería una falta severa y grave, aquí no lo es tanto, ya que corta lo que presumiblemente era un primer acto tedioso con olor a Snyder, y nos mete de lleno en la acción del segundo acto con olor a reshoots de Whedon. Y está bien. No obstante, siguiento la línea de coherencia de la review, Liga de La justicia es una película mediocre. No hay vueltas. No se puede ocultar. A nivel argumental y a nivel cohesivo. Se notan los huecos que dejó el reducirla a dos horas, se notan las costuras de las manos de dos directores. Sin embargo cumple con su único objetivo como película mainstream: divierte. Divertime que me gusta: Liga de la Justicia, pese a todos sus defectos, cumple con el sagrado precepto de entretener. La acción es uno de sus puntos altos, y si bien algunos CGI se ven un poco… MAL, son sus personajes quienes mantienen arriba la peli. Bats ya está comprobado que funciona con la conducción de Affleck, lo mismo pasa con la Diana de Gal Gadot. Cyborg es discreto y Momoa compone un Aquaman sacado y con mucho caracter, realmente una buena adisión. Flash es el que más aguas divide. Y la verdad que en cierto punto no entiendo a los fans. Se la pasaron quejándose del universo oscuro que heredamos de Nolan y su gran trilogía. Está bien, DC se pasó de rosca con el ASCO de Suicide Squad, pero creo que Flash es un personaje necesario. Es el comic relief necesario en DC, un tipo capaz de hacer sonreir a Batman no sobra en ningún equipo. Hay que dejar el odio de lado, ver la peli como entretenimiento, y realmente entretiene. Conclusión: Sin brillar y sin sobrarle nada, Liga de la Justicia cumple con lo que promete, entretiene. Sus personajes llevan adelante la historia, y si bien sufre de tener un antagonista flojo y WB realmente “pecheó” cuando podía hacer la épica e introducir más personajes necesarios y estelares de lo que “debería” ser una Liga de la Justicia, no es un desastre. Hay lugar para mejorar, hay guiños a esos otros personajes a los cuales hago alusión, y por ende hay esperanza a que haya una mejor liga de la justicia en el futuro. Liga de la Justicia cumple con lo justo, y eso es bueno. A los Marvelianos acostumbrados a morfarse los créditos, les digo quédense que hay dos escenas post creditos. Por otro lado, aquellos que vayan con expectativas por haber visto “ciertas” escenas en los trailers, les comento que muchas de ellas no están en la película, incluida la de Alfred hablando con alguien que no vemos, escena que despertó MIL conjeturas. Como dije, “pechearon”.
Cada vez que una remake aparece en Holywood, no son pocas las voces que comandadas por el odio y el arraigo a un sentimiento infantil intentan destruir por medio de redes sociales (sin éxito) a dicha nueva adaptación. A veces con razón… (Ejem, Cazafantasmas…). A veces sin razón… (Evil Dead)… Veamos donde entra It (Eso). Holywood necesita más Argentinos Arranquemos con todo, Andrés Muschietti hizo un excelente laburo. No le pongamos más suspenso: It (Eso) es una excelente película. Desde el comienzo, a los 3 minutos de película, Muschietti setea el tono de lo que va a ser SU version de It (Eso). Para que quede clarísimo. Esta no es la peli de los 90, este Pennywise no es el del inmortal Tim Curry. Esto es otra cosa. Y eso es bueno. La visión de Muschietti, plagada de amor ochentoso, con olor a Goonies y a Stranger Things (aunque nobleza obliga, hay que decir que el rodaje comenzó previo al de la serie), se deja ver a lo largo de todo el metraje. Y se disfruta muchísimo esta visión fresca, muy superior a la de su previo film, Mama. Este Derry sí asusta: El primer cambio sustancial de esta gran versión de It (Eso) es que asusta cuando se lo propone. Hace reir cuando se lo propone. Y sobre todo no falla al momento de tocar la fibra sentimental. Los Losers se sienten amigos desde siempre con una química genial que se ve sin ninguna duda en cada escena que comparten. Cuantos más hay en escena, mayor es la energía que transmiten como grupo. Teniendo en cuenta que Warner fue quien -en un atentado contra nuestras billeteras- decidió dividir en dos la adaptación de It (Eso), Muschietti decidió QUÉ poner en cada una. Y ahí es donde acertó. Si bien el libro es una sucesión de flashbacks, este primer capítulo tan solo se centra en contar la experiencia de Los Losers cuando son preadolescentes y su encuentro con Pennywise, dejando para la segunda parte la reunión de los mismos 27 años después. La historia casi todos la conocemos. El pueblo de Derry es un pueblo raro, en el que desaparecen personas y niños. Sobre todo niños. Y es la desaparición de Georgie, hermano de Bill, la que ponga en marcha los hechos de la película. Obsesionado por la desaparición de su hermano, Bill investiga el sistema de cloacas de Derry y supone que Georgie está perdido en algún lugar de ellas. Cuando llega el verano, en vez de disfrutar de el como todos los niños, formará un equipo con sus amigos para intentar recuperar a su hermano perdido. Al mismo tiempo Pennywise, esa entidad maligna que anida debajo de Derry, intentará matarlos y separarlos como equipo. Los Loser descubrirán con el tiempo que juntos son más fuertes y tienen una chance de derrotar a Pennywise, pero solo si logran superar sus diferencias. Pennywise, modelo 2017: Si bien los 7 protagonistas niños (y no tanto) están realmente muy bien y llevan perfectamente adelante “solos” la película, sin ayuda de actores adultos donde apoyarse, son las intervenciones del Pennywise de Bill Skargard las que hacen saltar a la historia. Con un visible esfuerzo físico, y un tremendo expresionismo facial, el Pennywise de Skarsgard se aleja a años luz del de Curry. Ni mejor, ni peor, diferente. Aunque en lo personal, y a pesar de amar a Tim Curry, debo decir que es un Pennywise superior en materia terrorífica. Toda la adaptación de It (Eso) es en y por sí misma. NO hace guiños a la versión del 90, no lo necesita. Es completamente nueva. A pesar de los fanboys de la sobrevaloradísima versión televisiva, el trabajo de Muschietti es superior en todos los aspectos, y no solamente en el obvio aspecto técnico tras 27 años de diferencia. (Epa!, me acabo de dar cuenta que Pennywise volvió 27 años después!). Conclusión: IT (Eso) es una gran adaptación de la novela de King. Muschietti hace un gran trabajo y logra lo que se le pide a toda película de terror: asustar. Y no lo hace solamente con Jumpscares, sino que construye espacios inquietantes, y apoyado en la polimorfia de IT, saca conejos de la galera más de una vez. También logra hacer reir con sus protagonistas, contrastando el mundo de estos preadolescentes con el terrible mal que es Pennywise. It (Eso) es una gran película de terror que demuestra, como dije al principio, que Holywood necesita más argentinos.
El Rayo McQueen enfrenta una carrera que quizás no pueda ganar: el paso del tiempo. Tras años de ser campeón indiscutido, ahora en Cars 3 nuevos modelos de autos (parecidos a los de Rápidos y Furiosos) entran al circuito dejando de lado a los viejos, como los de nuestro querido número 95. Uno a uno los van reemplazando hasta que -lo vimos en el trailer- El Rayo es víctima de un terrible accidente que lo deja fuera de las pistas. Deberá ahora orquestar una vuelta triunfal para ganarle al campeón reinante, Jackson Storm. Con la ayuda de Cruz Ramirez, un modelo nuevo de autos como Jackson y personal trainer de McQueen, nuestro héroe intentará volver a la gloria. El Cambio De Posta: En Cars 3 se ve venir a kilómetros de distancia que Cruz Ramirez es más que una personal trainer, y el olor a retiro del Rayo se siente toda la película. El Rayo pondera y vuelve a sus raíces yendo al pueblo natal de Doc Hudson, su antiguo mentor. Allí, a su vez, conocerá al mentor de Doc, quien le mostrará lo inexorable del paso del tiempo. Sin seguir spoileando más de lo que spoilea el trailer, el guion de Cars 3 se adivina predecible, y hasta por momentos medio chato. Aun así, no es para nada malo, en absoluto. Si bien Disney y Pixar dedican sus películas al público más joven, también saben entretener a los grandes: Cars 3 no es la excepción, ya que a pesar de su guion básico, la acción y velocidad de la película compensan lo predecible del relato. Carreras por aquí, carreras de demolición por allá, carreras en la playa por más allá, la velocidad y el vértigo son una constante en una película protagonizada por autos. Y eso es bueno. Mordiendo Banquina: Sin embargo, Cars nunca fue una franquicia estrella al nivel de Toy Story, Nemo o Monsters Inc., siempre corrió de atrás, (“corrió”, ¿entienden?) y se le nota que comienza a acabársele la nafta como saga (juro que me salen sin que quiera los juegos de palabras). Si bien la historia de Cars 3 hace lo suyo para atrapar, los personajes no son lo suficientemente interesantes como para mantener tanto la atención o invertir sentimientos en ellos. Solo El Rayo y Cruz mantienen la trama con muy poquito de cada uno. Gran y sabia elección dejar afuera al insoportable Mater, quien retorna a la saga con un rol visiblemente (y afortunadamente) secundario. Aun así, cumple con su cometido: mantener atentos niños de 3 o 4 años para arriba. Conclusión: Cars 3 es un ¿Final? de saga que cumple con lo justo. Con una temática que podría haberse explotado más y mejor, y con pinceladas de brillantez como suelen dar Disney y Pixar, pero que no llega a la altura de otras producciones de dichos estudios. Entretiene y en algún punto mejora una flojisima segunda entrega. Digna tercera parte a una trilogía sobria y acotada. Para las vacaciones de invierno, si hay chicos de por medio, es una propuesta más que viable.
Scarlett O’Nada. Inmediatamente, lo que salta a la vista de esta adaptación, es el foco en la actuación de Scarlett Johansson como Motoko Kusanagi. Mas allá de la elección de americanizar al personaje, algo se perdió en la traducción, Johansson no llega a desarrollar y transmitir aquello que la película original tanto se esforzó en recalcar. La Ghost in the Shell de 1995 nos habla del alma, de la existencia del alma por sobre todas las cosas. Aquí, sin embargo, está mas enfocada a la identidad, casi casi como la remake de RoboCop de Padilha. Y si bien son parecidas, ambas cosas son muy, pero muy diferentes. Para el que ve por primera vez esta historia, quizás no le moleste y hasta le parezca interesante. Pero acá hablamos de lo mismo que hablaba el Dr. Alfred Lanning en Yo, Robot, en algo mas que la “simple” identidad. Ghost in the Shell debía tratarse de la búsqueda del alma, de algo un poco mas espiritual que darle nombre e identidad a un cerebro. Para eso, ya tuvimos la recién mencionada RoboCop en el 2014. Tampoco ayuda la actuación de Scarlett Johansson, se antoja corta o fracturada, y esto es culpa de la dirección, ya que sabemos muy bien que esta muchacha mas allá de sus atributos físicos, posee también grandes atributos actorales. Dulce, dulce Tokio: El caramelo visual está a la orden del día. Aquí quizás es donde se ve mejor el espíritu del manga, en la construccion de esta ciudad futurista cyberpunk medio noventosa que cae muy bien al paladar. Pero no es nada mas que eso. Visualmente no aporta nada nuevo, ya lo vimos todo, e incluso en algunos casos lo vimos mejor. Si viste Blade Runner, ya viste la ciudad en la que transcurre Ghost in the Shell, así nomas. En cuanto a las escenas de acción, tampoco aporta nada nuevo. Mucho slow motion y mucha coreografía que difícilmente resulte una novedad. Por lo cual si antes de entrar al cine Ghost in the Shell parecía otra adaptación innecesaria, al promediar el film ya no nos queda ninguna duda al respecto. Takeshi Kitano, por otro lado, le da ese rayito de alegría a todo este embrollo. De taquito y sin esforzarse le agrega sal a la ensalada insulsa que nos estábamos morfando. Pero su participación es escasa y uno se queda con ganas de mas. Punto medio: Lo que abunda en esta adaptación es la tibieza y no en el buen sentido. Todo es tibio. No hay gore, no hay desnudos, no hay ni la mitad de las temáticas filosóficas que se trataban en la Ghost in the Shell de 1995, y eso se siente. Todo está a mitad de camino, ni respeta a rajatabla el manga o el animé ni se vale por si misma, lo que nos deja una película con bastón que camina con tropiezos, que se apoya en el material original solo cuando lo cree conveniente y lo suelta para volver a tropezar. Aquí es donde se ve la flojera de la mano del director, un Rupert Sanders que apenas tiene la mediocre Blanca Nieves y el Cazador como marca en el cinturón. Conclusión: Ghost in the Shell es una película redundante, tanto para propios como para ajenos. No hace honor a su material de basamento y tampoco aporta nada nuevo que no hayamos visto ya en mil películas de acción. Sin embargo, tampoco es un desastre. Pasa, a los tumbos pero pasa. Se deja ver si uno va con pocas expectativas y sin esperar una fiel representación del manga o animé, mas preocupado por lo que vamos a comer cuando salimos del cine que por la película misma. Fans acérrimos, están avisados. El resto, también.
La razón de estar contigo viene torcida de fábrica (por lo que si interesa saber qué pienso respecto al infame video del ovejero alemán en el agua, lean la nota ACÁ). Aquí solo me abocaré a escribir mi opinión de la última película de Lasse Hallstrom, quien tiene experiencia en hacernos llorar con perros ya que dirigió Hachiko con Richard Gere, algunos años atrás en el 2009. Esta vez, a través de múltiples vidas, intentará mostrarnos cual es el significado de la vida, pero no de la vida humana, sino de la vida perruna. Nací para amarte: La razón de estar contigo arranca narrada en primera persona por Bailey, un perro interpretado por Josh Gad, quien hace una buena labor aunque por momentos se lo nota en piloto automático, falto de emoción. Asistiremos a las múltiples vidas de Bailey, quien en los sesenta forma un lazo irrompible con Ethan. Desde cachorro hasta su adultez, Bailey lo acompaña en las buenas y en las malas, hasta que sea la hora de partir. ¿Y después qué? De eso se trata un poco La razón de estar contigo, del después. Bailey tendrá algunas cuantas vidas para intentar entender el comportamiento humano y sus miserias. La soledad, la tristeza, la envidia, y por supuesto la alegría. Pero sobre todo intentará entender el sentido de su vida. Las vidas que irá tocando Bailey en cada una de sus interacciones en la tierra serán diferentes, así como será diferente lo que le pase a él como perro. Con cada nueva vida irá sumando experiencia y conocimiento, hasta eventualmente comprender la razón de todo y así cerrar el circulo. Carilinas a mano: Si bien La razón de estar contigo no tiene golpes bajos, ni apela a lo lacrimógeno, tenemos que partir de la base que hablamos de una película donde un alma perruna vive varias vidas. Y con varias vidas, hay varias muertes, no hay manera de esquivarlo. Y los de lágrima fácil como quien les escribe, deberán munirse de pañuelos, porque las lagrimas caerán… y cómo!. Pero así todo, repito, Hallstrom no se vale de golpes bajos para lograrlo, y las diferentes partidas de Bailey se sienten como una parte natural de su vida. El premio a la lagrima gorda se lo lleva el clímax del film, con una vueltita de tuercas muy interesante sobre esos últimos minutos que hará llorar a cualquier amante de los perros. En el apartado técnico La razón de estar contigo es impecable. Cómo decide en mostrar la visión de un perro, sus lugares más íntimos, sus comienzos, sus miedos, todo se adivina orgánico y plausible para aquellos que disfrutamos de la compañía de un perruno amigo en nuestros hogares. Las actuaciones son correctas y llevan adelante la acción de manera sólida. Sobresale Dennis Quaid, quien a pesar de tener poco metraje logra con su pedacito de historia, ser el ultimo engranaje necesario para el emocionante final. Por el lado perruno, mas allá de la controversia del -tendencioso- video difundido por TMZ, a ningún perro se lo ve fuera de su elemento. Todos los perros que aparecen en pantalla se adivinan cuanto menos bien llevados por sus adiestradores. En pocas palabras, los perros hacen de perros, no hay acciones especificas. La intención de Bailey la pone sólo Josh Gad con su narración. Conclusión: La ternura que muestra La razón de estar contigo en su historia será más atrayente para aquellos amantes de los canes. Una historia contada de forma simple, con un guión solido y objetivo claro, hacen que la película logre lo que se propone. Que nos haga emocionar y que queramos salir corriendo del cine a abrazar a nuestras mascotas. Una película para disfrutar desde la primera hasta la última lágrima.
Dr. Strange, (o el man crush con Benedict Cumberbatch). drstrange1Saquémonos rápidamente esto de encima. Doctor Strange: Hechicero Supremo es una gran película. Punto. El desarrollo, ritmo, y guión del film son sólidos y, sí bien acotados, no presentan fisuras. Aparte de eso, hay que añadirle un personaje ya de por sí más que interesante. Con tanto súper poder, súper armadura y la mar en coche, un tipo que habla del multiverso, (que no es lo que nos venden algunos políticos), viajes astrales, magia, hechizos, reliquias y armas conjuradas, es algo bienvenido y que se siente como una bocanada de aire fresco dentro del género. Y por sobre todo esto, es con queridisimo Benedict, que todo lo que toca lo hace oro. Su interpretación no tiene fallas ni fisuras, como todo lo que generalmente hace. Creo que en definitiva, la mitad de la película es su interpretación. Y es una gran mitad en una muy buena película. Completan Tilda Swinton como The Ancient One, que no sólo cambio de sexo para la adaptación cinematográfica, sino que ademas cambió de nacionalidad. Ahora es Celta, cuando antes era Tibetano. ¿Por qué el cambio? Simple. Si fuera Tibetana, la película no entraría al mercado Chino, perdiendo millones y millones en tickets, ¿cachái?. Completa el trío de actores de primera Mads Mikkelsen en el rol del villano Kaicelius, un poquito desaprovechado pero absolutamente disfrutable en todos los minutos que esta en pantalla. La bendición de la ignorancia: Doctor Strange: Hechicero Supremo cuenta la historia desde el principio, como toda primera parte que se precie de tal. Si bien sé que The Ancient One atravesó cambios, no sé que otros hubo, porque como la mayoría de la gente, no tengo idea sobre Doctor Strange. Y esto juega a favor, porque de lo que estamos hablando acá es de la película en cuestión. Quizas haya cambios que los fanáticos no van a aprobar, y será peor para ellos, porque se pierden de disfrutar un gran film. Doctor Strange es un cirujano recontra reconocido, con mucho dinero, y un ego sobredimensionado (tema recurrente de la película), que tiene un accidente de auto, y se rompe las manos mas allá de toda esperanza de recuperación. Habiendo gastado toda su fortuna en cuanto tratamiento occidental exista, finalmente Strange decide recurrir al oriente y buscar una legendaria orden que, según le dijeron, lo puede ayudar a sanar a través del espíritu. Así es como nuestro científico e incrédulo Doctor termina transformándose en un Maestro Hechicero Supremo, y en el camino, encontrándose con una pelea y un enemigo mucho mas grande que el control de sus manos. Dormammu, una especie de Galactus/Parallax que consume mundos, genialmente interpretado por… Benedict Cumberbatch, (gran elección de dirección), será quien amenace esta vez con terminar con nuestro planeta. La bolsa vomitera y el playlist conocido Dos cositas me resultaron un poco, digamos, no tan agradables. En primer lugar, hay mucho de psicodelia, caleidoscopio y escenas estilo Inception. El tema de ellas es la velocidad y vertiginosidad de las mismas, las cuales en algunos momentos con el 3D pueden marear hasta al más experimentado, pero es apenas un detalle. Eso si, estas escenas son realmente espectaculares a nivel visual, por momentos recuerdan a lo que hace Cyriak. Por otro lado Michael Giacchino pareciera que hizo copy/paste de otra de sus banda de sonido, algo que resalta en los momentos en que Benedict Cumberbatch aparece corriendo y es imposible no relacionarlo su trabajo en Star Trek Into Darkness. Sobre las escenas extra: Como siempre al terminar la película tendremos el standard en las producciones de Marvel y a ver si la aprendemos de una vez por todas: la primera escena extra viene después de los créditos animados. Siempre Marvel pone una secuencia de créditos animados con la temática de la peli. Una vez terminados estos, vendrá la primera escena extra. Luego vendrán unos largos minutos de créditos en texto, insoportables. Y una vez concluidos estos, vendrá la segunda escena extra. Esa es la forma en que Marvel lo hace y Doctor Strange: Hechicero Supremo no es la excepción. Así que quédense hasta el final. Conclusión: Doctor Strange: Hechicero Supremo es una demostración de que a veces más de lo mismo, si está bien hecho y se le encuentra una vuelta de tuercas, funciona. Perdónenme la analogía, pero el Nutella no cansa a nadie y siempre tiene el mismo sabor. La misma se puede decir de Marvel, ya que si tiene pocas pifiadas es porque sabe reinventarse a tiempo. Benedict Cumberbatch es una gran incorporación al universo marveliano, lo mismo que su gran Doctor Strange, al que no puedo esperar para ver interactuando con otros personajes.
El subtítulo El Hijo de Dios es “Un Western Bíblico Futbolero”, no solo se explica a si mismo, si no que presagia que algo bueno esta por pasar. Un genero que nos es tan extraño como atrapante, ¿puede lograr mezclarse con algo tan autóctono y querido como el fútbol? La historia de El Hijo de Dios es bastante simple, y ese es quizás uno de sus mejores dones. Tres amigos se van de viaje, Santiago, Tomas y Pedro vagan por una ruta de la provincia de Buenos Aires, hasta que llegan a Betania. Un pueblito olvidado que al mejor estilo Footloose, tiene prohibido el juego espontaneo de Fútbol. Un pueblo donde la mano dura del Comisario/Sheriff Pilatos castiga a todo aquel que haga algo tan clandestino como una rabona o un firulete con la redonda. Los tres amigos caerán para el finde de Pascuas, fecha en la que se juega un mítico y épico partido de la policía local, contra un combinado local, que pocas oportunidades de ganar tiene. En medio de todo, un jugador distinto peregrina, y adivina un retorno a las canchas de Betania justo en el momento mas providencial, su nombre es Jesús. Sin golpes bajos, ni demasiadas obviedades, a pesar del paralelismo, El Hijo de Dios nos llevara a vivir esta aventura en Betania. El fútbol vistoso, espontaneo, explosivo, contra el catenaccio, el pizarrón, y el colgarse del travesaño. La belleza de lo simple: Técnicamente El Hijo de Dios por hijo1momentos es para poner en un cuadrito, las poses forzadas en contraluces, en “establos”, o simplemente bañados por halos de luz son una delicia. La fotografía realmente brilla y si bien peca con algunas desprolijidades en el montaje, o utilización de cámaras tipo GoPro que se podrían haber obviado es uno de los puntos altos del film. En las actuaciones, los cameos de Norberto “Ruso” Verea como “El Bautista” y Diego Della Sala como el relator del partido al estilo Mean Machine, realmente le suman y aportan a un reparto correcto desde lo actoral. Es mas, se lo nota poco utilizado al Ruso Verea, me hubiera gustado ver mas de el. El trío protagonico funciona bien, con tres personalidades realmente marcadas y diferentes, incluso “el cheto” que si bien al principio es INSOPORTABLE, termina por acomodarse en el paladar del espectador, e incluso gustando. Jesús esta hecho a la perfección, enigmático, poco elocuente, y un crack con el esférico, otro acierto. Otro que esta realmente bien es el villano de la historia, el Comisario Pilatos, que si bien por momentos se ve exagerado, es enteramente funcional a lo que se esta contando. Como les conté la historia desemboca en un partido épico entre el bien y el mal. Si bien me hubiera gustado ver un 11 contra 11, me contente con un 5 contra 5 filmado a la perfección. Los futboleros sabemos que filmar fútbol es MUY difícil, por sus reglas y por su dinámica. No es como otros deporte con reloj parado, como el basquet, o el baseball donde existe el concepto de ultima pelota. El futbol es diferente, y pocas veces los paridos son bien representados. Pocos son los ejemplos que salen airosos, Mean Machine es uno de ellos, el cual ya nombre, Escape a la Victoria es otro gran ejemplo, y decir que POR FIN una película argentina representa bien a nuestro deporte mas querido es un logro superlativo. Lo mas importante de todo es que en ningún momento va por la espectacularidad, no. Es un partido de 5v5, así que lo que se ve, es lo que todos en algún momento jugamos en algunas de las miles de canchitas de alquiler por hora en nuestra ciudad. 10/10 para la secuencia del partido. Conclusión: El Hijo de Dios, tiene una historia que funciona, una fotografía que cautiva y una pelota que es muy bien tratada y cuidada. Los paralelismos con Maradona son los justos y efímeros, como para que todos los disfruten. Lo mismo pasa con el paralelismo religioso, que en ningún momento cae en la falta de respeto ni en la burla religiosa. La historia del bien contra el mal es tan universal y vieja como esta tierra misma, y aquí esta perfectamente representada y es completamente disfrutable. El Hijo de Dios es una de esas películas que merecen ser vistas, que los espectadores de este país necesitan, y sobre todo una película indispensable en este crossover de géneros westernbiblicodeportivo. Gran película, gran historia, gran opción para disfrutar. Pero que viva el Fútbol!
Nacido Para Morir es la secuela de Bailando con el Peligro, película que Andrés Borghi hizo prácticamente en su adolescencia. Juntando un cúmulo de chistes bizarros, bromas de recreo, idiosincrasia oriental, “friquez” gamer y otaku y, por momentos, tanto locura como brillantez. Ahora Borghi y Coccaro le dan vida a una película distinta… y veremos si por distinta queremos decir buena. Seguro, como una caja fuerte: Nacido para MorirLa premisa de Nacido Para Morir es simple, sacada de cualquier película de espionaje clásica. Científico crea formula revolucionaria, terroristas y mastermind la roban, agente secreto enamora la chica y salva el mundo con tiros, one-liners y carisma. El tema acá está en la ejecución de todo. Borghi escribiendo co-protagonizando y dirigiendo, junto a Coccaro, manejan a la perfección la delgadísima linea del ridículo. Le caminan por encima, le bailan encima, e incluso la empujan un poco, pero nunca llegan a pasarse, creando un mundo no sólo rico en situaciones hilarantes, si no creando personajes verdaderamente entrañables que queremos volver a ver muchas, pero muchas veces más. El humor absurdo está a la orden del día, por lo cual almas sensibles, cuadradas y de poco vuelo, no sabrán (o querrán) apreciar la obra de Borghi. Esto es así, Nacido Para Morir podrá estar hecha para todos, pero definitivamente no todos podrán o sabrán disfrutarla, y ellos se la pierden. Mirá, una distracción: Borghi presentó y se llevó varios premios en la edición 2014 del Buenos Aires Rojo Sangre, el cual es casi su segunda casa. Donde mucha gente lo conoce (entre los cuales me incluyo) por sus otros trabajos como Otakus (mundialmente reconocida), Working Day (premiada por el mismísimo Peter Jackson), o su serie web COSO, en la cual podrán ver un poquito de lo que pueden llegar a encontrar en Nacido Para Morir. Esta presentación en el Festival de Mar Del Plata es, sin dudas, salir de la zona de confort, exponer un producto a otro tipo de gente, de ojos y de opiniones. Es decir, una película como esta no puede fallar en el BARS, pero a Mar del Plata definitivamente viene a bailar con el peligro, así de simple. En lo que a mi respecta, es una propuesta descontracturante en un ambiente por momentos acartonado y demasiado serio como este festival de cine “clase A”, comparable en rotulo a Cannes o Venecia, por ejemplo. De re-chupete: La historia, como dije, es simple. El tema es la ejecución, y es aquí donde radica la genialidad de Nacido Para Morir. Su humor es realmente fresco y hasta diría necesario, ese tipo de humor que está a menos de un segundo de dar vergüenza ajena. Marcelo Riesgo, el protagonista, es una especie de Sledge Hammer, según palabras del propio Coccaro, una especie de winner total, de las maneras más inverosímiles y graciosas. Lo mismo pasa con el Guadalajaraman de Andrés Borghi, un sidekick perfecto y fluido, donde se da la mayor química de la película. Acompañan de manera genial, tanto el personaje de Stillman como el de El Jefe, componiendo personajes sólidos y verosímiles, dentro del inverosímil. Párrafo aparte merece la escenita de Chucho Fernandez, la cual no pienso comentar para no spoilear. Conclusión: Nacido Para Morir es en mi opinión una película de visión obligada para amantes de lo bizarro, geek, gamers, fans de lo oriental, otakus, gente común y mortales en general. Les puedo asegurar que si se dejan llevar, Nacido Para Morir les va a dar una vuelta en el trencito de la alegría, no van a olvidar, y que van a querer volver a subirse una y otra vez. Están avisados. Ojala haya Marcelo Riesgo para rato…
Apagá Spotify! Uno arranca a ver este tipo de películas con cierta esperanza. Casi como la selección Argentina. DC es la selección Argentina. Viene de perder una final con Batman Vs Superman, pero igual vamos a ver Escuadrón Suicida, porque somos fans, porque damos segundas oportunidades, porque queremos que salga bien. Al arrancar Escuadrón Suicida comienzo a sentirme incomodo, en un espacio de no más de 5 o 10 minutos, David Ayer te tira al menos 20 canciones en la cara. Durante la presentación de los personajes, desprolija y hasta de manera naif representada en flashbacks, David Ayer te mete su lista de reproducción de Spotify (si, 40 canciones), y no te deja ninguna más de 30 segundos. Insoportable, a tal punto que, raro en mi, salté del asiento y exclame “Che, que onda con la música?” fue instintivo, lo juro. Se ve la desesperación por parecerse a Guardianes de la Galaxia. Lo peor está por venir. Si viste los trailers, ya viste Escuadrón Suicida, no hay más que eso a nivel guión, y eso es un desastre. Amanda Waller, interpretada de manera excelente por Viola Davis, junta un grupo de expendables y los manda como carne de cañón. Son metahumanos o humanos excepcionales, y al ser delincuentes, no importa si mueren en su misión de salvar al mundo. El tema con el mal guión podría haber sido “perdonado” con un buen desarrollo de personajes. Pero, eso tampoco pasa, si bien sorprendentemente, Will Smith es un punto alto del film, y una suerte de “protagonista” del mismo, el resto con excepción de Davis y Kinaman, hacen sapo. Lisa y llanamente. La Harley Quinn de Margot Robbie es insoportable, tirada de los pelos, exagerada y glorificando la relación enfermiza y peligrosamente avalada que tiene con el Joker. El Joker… ugh… ugh… Por dios, por donde comenzar. Quizás diciendo que sus 9 minutos en pantalla no hacen avanzar la historia, mas allá de su ridícula representación del personaje icónico. Papel por el cual supieron desfilar el gran Jack Nicholson y su payasesco Joker, o Heath Ledger y su versión psicópata/fuerza de la naturaleza. Leto pifia, y pifia mucho. Fuera de personaje todo el tiempo, parece salido de una melodrama adolescente y parece estar enamorado de Harley Quinn. ¿Lo que? ¿Esta gente lee los comics antes de ponerse a hacer una película? Y a pesar de lo que dice la frase, “las comparaciones son odiosas”, considero que esa frase la acuñó alguien que hizo el mismo trabajo que otro, pero mal. Y la usó para zafar. La gente se anda quejando de los 9 minutos del Joker, que son pocos, que quedaron cosas afuera, que lo mejor está en la “Ultra Edición Queestaporvenirenbluray”, etc. Les comento que Ledger con 33 minutos sobre 152, no sólo ganó un Oscar, sino que dio vida al mejor Joker del universo y sus alrededores. Le alcanzaron esos 33 minutos para convertirse en leyenda. Entonces, no me corran con los 9 minutos de Leto, podría haber hecho un papel más digno, acá lo que falla es el guión. Potencial mal editado: Sin dudas lo que se lleva el premio a “despidan a ese hombre” es la edición. Estoy harto de justificar películas por lo que quedó en el piso de la sala de edición. Si no está, no está. Lo estrenado es esto, y es una porquería. Mal editado, mal cortado, con problemas de ritmo, sin cohesión entre los tres actos, mal, mal, mal. Y no me importa si Warner metió mano. No me importa que Ayer esté diciendo que en realidad eran seis los cortes de Escuadrón Suicida, y que quedo este. No me importa que salga a decir a una semana de estrenada la película algo como “les juro que la edición del director/unrated/pindonga va a ser mejor”. Lo que se estrenó es esto, y apesta a mocos. Sin embargo, las escenas de acción me entretuvieron. Están bien hechas y llevan adelante la trama. Will Smith, Viola Davis y el Diablo de Jay Hernandez son sin dudas puntos fuertes. Suman y evitan una catástrofe aun mayor. La que también suma es Katana, con una versión cinematográfica del personaje bastante respetable. Se nota que Escuadrón Suicida pudo haber sido mejor, se nota el potencial, se ven los tijeretazos por todos lados. Se entiende. Pero volviendo a la analogía con la selección nacional, que llega a las finales ganando, gustando y goleando, después en el tiro del final, la pifian. Y si hablamos de la Selección Nacional, habría que decir que Batfleck es Messi. Es el mejor Batman de todos los tiempos, sin discusión alguna. No sólo superando a Keaton y Bale si no también al “Sr. Batman” Kevin Conroy. Como dije, Batfleck es Messi, el único que zafa en serio en este grupo que no para de perder finales. Sus apariciones son cameos, cortitos, pero no sólo hacen avanzar la historia, sino que lo hacen quedar como un groso absoluto elevando su status de leyenda. Ojalá su peli en solitario no defraude. Conclusión: Escuadrón Suicida falla, hace agua y pifia cada vez que se propone algo. Con la salvedad de algunas buenas escenas de acción, Viola Davis, un genial Will Smith, y un correcto Joel Kinaman. Todo lo demás se va deformando en una maraña. ¿Se acuerdan cuando mezclaban todas las plastilinas cuando eran chicos, y siempre quedaba de un mismo color espantoso? Bueno, eso. Podría haber sido mejor, está mal editada, quedaron muchos minutos afuera, etc, etc, etc. Pero si hubiera entrado la de Messi contra los alemanes, hoy eramos campeones del mundo. Se acabaron las excusas para Warner/DC. Las finales hay que ganarlas, y acá se perdió de nuevo, le pese a quien le pese. No importa lo que diga, porque si sos fan vas a ir a verla igual, y está bien, porque son películas que hay que ver para poder exigir algo mejor. Pero que eso mejor no sea un Blu-ray, sino un gran estreno, como esos a los que nos tenia acostumbrados Nolan con su Caballero Oscuro. Hoy ni somos campeones del mundo, ni Escuadrón Suicida es una buena película. Que injusticia todo… Instrucciones para imitar al Joker de Jared Leto. 1. Abrir la boca en un 80% de la capacidad. 2. Proferir una corta y seca letra “A” en un 70% de tu capacidad pulmonar. 3. Repetir paso 2 hasta tener una risa espantosa y la peor encarnación de un Joker en el cine.
El documental de Matias Scarvaci y Diego Gachassin tiene una premisa bastante interesante. Que en otro caso hubiera sido solamente digna de ver por el tono y la temática que aborda, pero nada más. Sin embargo es Garcia Kalb quien llevara adelante el relato, y lo hará con la misma astucia y vehemencia con la que lo vemos hacer sus alegatos. Alfredo Garcia es siempre 100% consciente de la cámara, juega con ella, y por medio de ella con el espectador. Lo interpela, lo lleva a un mundo en el que uno se siente incomodo y se le hace imposible no empezar a juzgar a los defendidos que parecen a priori “bastante culpables”, como se dice. Aun así, seremos testigos de lo siniestro del sistema penal. Lo siniestro de sus acusados, de los acusadores, de la policía, del sistema penal todo, de las cárceles y de como Garcia Kalb con mucha cintura se mueve como un pez dentro de todo este sistema. Veremos como para algunos de sus defendidos, pasados, corrientes y futuros, este abogado es una especie de héroe, al cual le dedican asados y brindis con vino, hasta se encarga de la animación de fiestas como el Día del Niño dentro de los penales. También podremos ver detrás de la cortina, como es este hombre en su vida, como padre y como ser humano, y veremos que es un tipo que “labura” todo el tiempo, y lo hace por plata (¿acaso no lo hacemos todos?). Carisma: Como dije, Los Cuerpos Dóciles está parado sobre Garcia Kalb, sobre su carisma y sobre su atractivo como personaje. Su modo de hablar, de desenvolverse, su aspecto, sus estrategias legales. Todo es atractivo al punto incluso del morbo, queremos que gane sus casos, queremos ver como le va en la corte. Y sobre todo, queremos seguir viendo más de él. Sus frases, sus diálogos, todo lo que Garcia Kalb dice o hace es el único atractivo del documental, y obviamente no necesita más. Frases del calibre de “te encontraron el arma, mi vida. Estamos hasta la pija” contribuyen a lo bizarro de estar viendo un proceso penal real, mientras dos chicos acusados de robo son juzgados. La cámara está para seguir y que Alfredo cuente. Ni puestas jugadas, ni iluminación o fotografía estrafalaria, nada de eso es necesario para que se instale en nosotros y nos deje atornillados a la butaca. Conclusión: Los Cuerpos Dóciles es un documental que realmente no te deja sacarle los ojos de encima. Garcia Kalb ejerce una atracción sobre el espectador que pocas veces he visto, y tanto los directores como él mismo lo utilizan a su favor. Los casos que vemos, las situaciones son accesorias, y tan sólo están allí para que veamos como el abogado se desenvuelve. Una apuesta realmente más que interesante y sobre todo única en nuestro país. Un documental más que recomendable para todo el mundo. Interpelara al espectador de manera frontal y sin vergüenza. Pero como la ley, logrará que seamos imparciales y tan sólo nos enfoquemos en el proceso. Pero siempre sin sacarle los ojos de encima a Alfredo. Después de todo, ¿quien no querría compartir un asado con un tipo como él?