Entre lo justo, lo ejemplar y lo real.
A veces un elemento pintoresco, una persona que pasa rápidamente a personaje como es el caso de este abogado penalista Alfredo García Kalb, protagonista indiscutido del documental Los cuerpos dóciles (2015), de los directores Matías Scarvaci y Diego Gachassin, juega un tanto en contra cuando desde la premisa conceptual se busca realizar una radiografía de una realidad compleja, donde la desigualdad ante la ley es moneda corriente.
En ese sentido, el histrionismo en un primer plano conspira con lo que realmente se dice o se hace, siempre que la cámara conserve esa distancia necesaria para ampliar la mirada y no dejarse llevar por la retórica o los juegos que propone el protagonista.