Belén, de treinta años, va a una entrevista de trabajo. Incómoda por lo que la situación genera, la vemos a través de un plano fijo mientras una mujer fuera de cámara le hace preguntas y le anticipa que lo que la empresa busca es gente que no trabaje de manera temporaria. Ella, necesitada de un salario fijo, asiente y hace una salvedad: no quiere cuidar niños. Entonces la entrevista finaliza luego de que prometan llamarla y le pidan que no cierre la puerta al salir.