Estancia tomada
La ópera prima de los tucumanos Ezequiel Radusky y Agustín Toscano, Los dueños (2013), es el claro ejemplo de cómo en el interior se está haciendo un cine diferente, con personalidad, que no imita modelos acabados ni se rige por cánones de moda impuestos por el esnobismo dominante proveniente de cierto sector académico que se vive copiando a sí mismo sin contar nada.
Casos como el de De Caravana (2010) en Córdoba, A la deriva (2012) en Misiones, Road July (2010) en Mendoza y Deshora (2013) o Nosilatiaj, la belleza (2012) en Salta son claros ejemplos de que en las provincias argentinas se está gestando un movimiento cinematográfico interesante, cada vez más requerido por los festivales internacionales, y que poco a poco se convierten en pequeños grandes éxitos en sus ciudades. Proveniente de Tucumán llega ahora Los dueños, un film cuya mayor virtud recae en la capacidad de los autores para llevar adelante un relato que muestra una historia para contar otra.
La casona de una estancia servirá como escenario para narrar la relación entre los dueños de una estancia y tres peones. En donde el poder que creen ejercer los primeros será rebatido ante la forma de actuar -y de ejercer presión de los segundos-, quienes en realidad terminarán siendo los verdaderos dueños de cada una de las situaciones que atravesarán. Aunque los primeros crean todo lo contrario.
El binomio de realizadores, provenientes del denominado nuevo teatro argentino, logra una película de climas que alcanza sus puntos más fuertes en la dirección actoral y en la construcción narrativa. En Los dueños no hay ningún elemento librado al azar pese a la ambigüedad utilizada para contar una historia que en realidad muestra otra. La utilización de los dos planos narrativos, sin la necesidad de explicar ni remarcar nada habla del virtuosismo de los autores a la hora de poner en escena un relato tan complejo.
Interpretaciones naturales, en donde pareciera que los personajes actuaran de la misma forma en que lo hacen en la vida, con diálogos simples, ni subrayados innecesarios, y con una cámara que los observa como si esa fuera la realidad, y no una representación, son otros de los hallazgos de este film que se desmarca de artificialidad para reflejar una historia propuesta desde la naturalidad.
Estrenada en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2013 Los dueños es paradójicamente uno de los films más simples y complejos que el cine argentino haya mostrado últimamente. Simple en toda su concepción pero complejo a la hora de contar una historia que a priori no está contando.