Curiosa comedia de humorismo larvado
En el casco de una estancia pueden verse la casona de los patrones, el hogar de los caseros, que no es ningún rancho, la piscina, una pelopincho grande, el chiquero, etcétera. Por el monte hay unas cuantas vacas, que el administrador y los caseros venden a espaldas del dueño, y por ahí andará el dueño, un viejo que ha cambiado el caballo por la bici deportiva, y la legítima por una jovencita. La cosa se dirime entre las hijas del dueño, sus cónyuges (el administrador y un gordo que ni corta ni pincha), y los caseros. Y la cosa, es la casa.
Es sencillo. Cuando los patrones no están, los ratones se divierten. Entran, ocupan los sillones y las camas, desocupan la heladera, y a cierta altura, cuando el juego es descubierto, podrían disponer hasta de las mujeres ajenas. Ellas están más que disponibles. La famosa lucha de clases acepta variantes que sus teóricos desconocen. El asunto es que los peones lo sepan y obren en correspondencia, o solo aprovechen los demás bienes de consumo, en cuyo caso serían unos maleducados.
Curiosa, bien actuada, de humorismo larvado, "Los dueños" pudo ser una comedia picaresca, un vodevil neosocialista, pero prefirió arriesgarse y convertirse en expresión tucumana del Nuevo Cine Argentino, con el cartel que eso implica, el permiso para eludir pautas narrativas clásicas, la empatía de su público y hasta una mención especial en la Semana de la Crítica, de Cannes 2013. Agustín Toscano y Ezequiel Radusky, los autores, supieron elegir. En el reparto, Rosario Blefari, Germán Rosario Blefari, Germán de Silva, Sergio Prina (revelación), Cynthia Avellaneda, Liliana Juárez. Rodaje en Famaillá, Tucumán.