Una bien dosificada trama con algunas sorpresas finales
Los dos primeros largometrajes de Scott Stewart (“Legión de ángeles”, “Priest, el Vengador 3D”) no permitían albergar muchas expectativas con su siguiente producción “Los elegidos” (“Dark Skies”). Similar género, actores con escasos antecedentes y una temática a priori poco novedosa sustentaban una presunción que afortunadamente se reveló errada.
La no aparición al inicio del habitual y muy trillado anuncio: “basada en hechos reales” revela que se está frente a una película con elementos fantásticos cuya aparición creciente está sabiamente dosificada.
De hecho durante la primera media hora la familia de Daniel (Josh Hamilton) y Lacy (Kerri Russell) con dos hijos varones no parece diferir mayormente de los clásicos arquetipos de la clase media norteamericana. El padre atraviesa por una circunstancial crisis laboral, al no conseguir fácilmente trabajo, que obliga a la familia a recortar gastos, entre los cuales los sistemas de seguridad (alarma) de su hogar.
Luego de algunos sobresaltos menores tendrá lugar un primer incidente serio cuando tres bandadas de pájaros se incrusten en forma simultánea contra las ventanas y paredes de la casa. Y uno de los vecinos les recriminará un “parece haber algo malo con ustedes”. La escena remite inevitablemente a uno de los más famosos films de Hitchcock, pero más que un plagio parece un homenaje al mago del suspenso.
El hijo menor será quien tenga recurrentes pesadillas con el “sandman” (hombre de los sueños), lo que conducirá al padre a instalar un sistema de cámaras que filmarán en forma continúa las diversas habitaciones de la casa. Pese a tratarse de un recurso de muy frecuente uso últimamente en películas con “efectos paranormales”, lo destacable en “Los elegidos” es cierta originalidad en el planteo y resolución.
Será de vital importancia la tardía aparición del personaje que interpreta J.K.Simmons (“El hombre araña”, “La joven vida de Juno”), experto en fenómenos sobrenaturales, al cual acudirá el desesperado matrimonio. En su casa por supuesto “habrá muchos gatos” como afirmará Daniel al ingresar a la misma y comprobar que hay muchos de dichos felinos.
El insólito investigador, que someterá a la pareja a un nutrido cuestionario, sostendrá que las respuestas en general positivas “califican de qué se trata”. Arrojará cierta luz al sugerir que los “grises” pueden ser la causa de todo. Pero no agregaremos nada más para no develarle al espectador más pistas sobre lo que está realmente ocurriendo.
Digamos solamente, a título de cierre, que hacia el final habrá alguna que otra sorpresa que bien podría titularse como vuelta de tuerca ingeniosa. Y que explica el nombre “Los elegidos” con que se ha titulado “Dark Skies” en Argentina.