La familia Barrett, mamá Lacy (Keri Russell), papá Daniel (Josh Hamilton), el hijo mayor Jesse (Dakota Goyo), y el pequeño Sam (Kadan Rockett) viven en algún suburbio de Arizona. Los chicos pasan sus noches comunicados con Walkie Talkies y hablando del “sandman”, algo que asusta a Sam. Los padres andan con otros problemitas, más reales. Él no consigue trabajo, pero le dice a ella que está a punto de hacerlo, y ella vive presionada como agente de bienes raíces para vender todo lo que pueda.
De a poco el guión y la dirección van mechando estos eventos de la vida real con el misterio. Una noche aparece la heladera despojada con todos los alimentos en el piso; otro día elementos de la cocina apilados por sus vértices formando pequeños tótems equilibrados; y así se suceden cosas raras en las jornadas siguientes. El trabajo no sale, la venta tampoco. Sam empieza a tener accesos de ausencias mentales, segmentos de tiempo en los que no recuerda haber salir al patio en medio de la noche. Eventualmente, a todos les pasará algo por el estilo. La desesperación de la familia se ve entonces bifurcada enfrentándola a dos realidades: lo cotidiano y lo fantástico. Acudirán, como lo exige el género, a alguien poseedor de todas las respuestas para ver como enfrentar estos fenómenos
Una cosa que Scott Stewart (experto en efectos especiales y director de la olvidable “Priest –el vengador”, en 2011) sabía desde el principio, a la hora de encarar esta producción, era la falta total de presupuesto. Apenas unos pocos dólares para efectos, mayoritariamente de post producción. Se sabe que cuando falta plata se agudiza el ingenio, y realmente “Los elegidos” tiene momentos de verdadera tensión apoyada en el drama real de esta familia amenazada por la circunstancia económica y por extraterrestres que, una vez más, vienen a buscarnos. La dosificación de la información hace pensar en un buen aprendizaje de los viejos maestros a la hora de mantener el interés en el espectador.
Pero la “adversidad” principal no está sólo en la cuenta bancaria de la producción, sino también en el hecho de estrenarse en una época en la cual los efectos especiales grandilocuentes son algo esperado en el género, sumado a un elenco que hace muy bien su trabajo pero que, por falta de cartel, está lejos de atraer al público. Sin embargo, estos buenos momentos generados desde una inteligente dirección, que aprovecha hasta el último centavo, la hará seguramente funcionar un poco mejor en la taquilla merced al boca a boca.
Desde la originalidad de la historia el lector deberá imaginar que alguien tomó el guión de “Poltergeist” (1984) y el de “Señales” (2003), los depositó en una licuadora, la accionó, y al resultado le agregó una pizca de la estética de “Actividad Paranormal” (2007). Los fanáticos del género, encontrarán más similitudes si observan escena por escena, pero sería injusto. “Los elegidos” es un buen exponente de thriller psicológico con condimentos de ciencia ficción. En todo caso se parece mucho más a un capitulo de la serie “La dimensión desconocida” (1959). Por eso tiene una duración excesiva. Para cuando todo empieza a definirse la intuición del espectador puede adivinar el final, luego de algunas redundancias. Con todo, dicho esto, nadie que desee salir un rato de la parafernalia de efectos digitales debería dejar de darle una oportunidad a esta producción simple y bien pensada.