Toda una puesta a prueba para los espectadores, el filme abre con la leyenda de “basada en sucesos reales”, y lo que debe determinarse es que de toda esta catarata de actos rayanos en la imbecilidad más absurda, que meten menos miedo que Heidi, es real.
Veamos. La mayor parte de la cinta transcurre en un lugar de estacionamiento de casas rodantes, o más conocido como campamento de remolques.
Bien, esto existe, realmente.
La historia abre con la escena del homicidio a mansalva de dos sexagenarios, sin explicación ni nada, en uno de esos remolques, a mano de un par de asesinos. En el carromato convive con ellos un ovejero alemán al que Godzila le tendría miedo, sólo por el tamaño del ejemplar. El can no reacciona en ningún momento. Eso no es creíble, ergo no parece real.
Luego sabremos quienes eran los infortunados sexagenarios. Cindy (Christina Hendricks) y Mike (Martin Henderson) inician un viaje junto a su familia, el viaje por la carretera es sin sobresaltos, salvo el mostrar que los hermanos se pelean, casi se odian, poca diferencia de edad, no son unidos, y esa no es la ley primera, (¿Martin Fierro estaba equivocado?). Planean pasar una temporada en un campamento de remolques junto a los tíos de Mike. Esto como preámbulo antes de dejar a su problemática hija Kinsey (Bailee Madison) en un internado, aunque nunca se establece la calidad del problema de Kinsey, que a simple vista no aparenta patología psiquiatrica alguna. Pero esto puede ser así, real o fantaseado.
A su llegada al lugar, es plena noche. ¿Por qué razón siempre planean llegar de noche a un lugar que se desconoce? Esto no parece ser real.
Se instalan sin problemas, sin dar cuenta que todos los demás remolques estacionados parecen más “tumbas al ras de la tierra”, no hay un sólo indicio de vida en ninguno de ellos. Esto no puede ser real.
Pero la supuesta pacifica estadía se ve interrumpida por la llegada de varios psicópatas enmascarados que atacan y matan sin piedad. Bueno, el espectador ya sabe que estaban de antes, esto es real.
Así arremeten contra la familia, y cuando lo hacen, sólo resta saber cómo será la secuencia de muertes, quien primero, quien ultimo, si es que hay un ultimo, o algún sobreviviente.
Uno de los mejores diálogos, piadosamente, el único que causa una sonrisa al menos, Kinsey increpa a su posible asesina.
-¿Por qué haces esto?
La respuesta no se hace esperar.
- ¿Y por que no?
Los demás diálogos tienden a la estupidez como bandera, y eso no tiene la mínima gracia. Esto es real.
Todo el filme es un catalogo de clichés del género al que quiere adscribir, no lo logra, demasiado convencional todo, siendo esta una secuela de la producción del 2010, sólo mete miedo que esta saga continúe, dejan la puerta abierta por las dudas. Esto es real.
Previsible al extremo, sin ningún rigor cinematográfico, destacable o redimible, ni la presentación de los personajes que al menos son presentados, ni la justificación de las acciones, ni las actuaciones, nada rescatable realmente.