Los Hambrientos: The running dead.
Llega una nueva película distópica pero bastante interesante, de la mano del director canadiense Robin Aubert. Hermosa fotografía, tensión y excelente banda de sonido.
Observar a un ser humano agresivo que corre hacia alguien para morderlo, o alguien que sufra dicha mordida, o que borbotee sangre por todos lados y haya gritos de desesperación, ya lo hemos visto. Muchos lo llamarían zombies, infectados o “walkers”. En esta película nadie dice la palabra con Z ni ninguna denominación. Además de tener peculiaridades que la acercan a ese tipo de películas, Los Hambrientos posee cierta originalidad que se aleja de lo visto habitualmente.
La historia transcurre en un pequeño y remoto pueblo en el norte de Quebec. Allí algunas cosas han cambiado. Los lugareños ya no son los mismos y todos parecen enloquecidos siendo una mezcla de los rápidos infectados que hemos visto en películas como World War Z y 28 Days Later. Entonces un grupo de supervivientes se esconde en el bosque en busca de otros como ellos para subsistir como se pueda.
La película comienza con escenas interesantes y determinantes pero sin mucha información que recuerda a los buenos capítulos de The Walking Dead. Primero un ataque de una joven que parece hambrienta. Un niño con una escopeta que se aleja de tumbas. Un hombre corriendo. Dos hombres contándose chistes mientras queman cuerpos y una señora que deliberadamente con mucho ensañamiento mata a un hombre “infectado”.
Una de las cosas en las que se destaca del film es la distinción de estos personajes, separados a lo largo de la película, luego se irán reuniendo en el transcurso de la trama. Todos están bien interpretados por actores y actrices canadienses como Marc-André Grondin, Monia Chokri y Micheline Lanctôt, entre otros.
Siempre está la diferencia entre las películas distópicas en donde existen más vínculos entre los personajes, manifestándose más el drama como sucedió con Train To Busan. De las otras más enfocadas en los infectados en sí, que aterran a los protagonistas. En este caso hay un balance entre esos planteamientos presentando escenas con gran tensión y momentos sangrientos, como también diálogos naturales y circunstancias dolorosas para los personajes.
Otro de los puntos fuertes es la fotografía (Steeve Desrosiers) que nos presenta impresionantes paisajes frondosos de bosques infinitos filmados en Ham-Nord, Québec, Canadá, la ciudad natal del director Robin Aubert.
Aubert es el responsable de que estos componentes, una gran banda de sonido y el maquillaje por ejemplo, trabajen en conjunto de manera maravillosa entregándonos momentos de incertidumbre absoluta con los gritos desgarradores de los infectados. Se notó que él estaba familiarizado con todas las locaciones del film, como granjas, bosques, bunkers, praderas y minas del territorio, ya que cada ubicación está utilizada de forma eficiente durante toda la película.
A pesar, de que solo por momentos aparenta ser un clásico film de zombies, existen situaciones que satisfacen a los fanáticos del género con enfrentamientos entre humanos e infectados bastantes intensos y violentos. El guion, escrito por el mismo director Robin Aubert, tiene también algunos sustos y elementos humorísticos pequeños, gracias a algunos diálogos, aunque el ambiente que reina en la cinta es sombrío y angustiante.
Mencionados los puntos cautivadores del film, también hay que decir que no es perfecta. Los vacíos de la historia pueden ser vistos como interesantes, con la intención de dejar espacio a las elucubraciones del espectador, pero también podrían percibirse como huecos en el guion realizados para darle un toque diferente a los zombies. Hay situaciones que involucran a los infectados que no tienen mucha explicación más que la interpretación que les dará el mismo espectador. Además el guion abandona a una subtrama que parecía acompañar a la trama principal, para ser retomada hacia el final quitándole peso a los personajes que lo componen, ya que algunos tienen más tiempo en pantalla que otros.
Con pequeños detalles que marcan la diferencia, esta pieza casi poética de suspenso nos hace seguir las hazañas de estos personajes con los cuales podemos sentirnos identificados o no, dejando mucho a la imaginación del público.
Sin embargo el film es entretenido y diferente, siendo realizado con bajo presupuesto pero configurando muy bien todo ese misterio de lo que sucede junto a la atmósfera y elementos anteriormente mencionados.