No todos los días uno tiene la oportunidad de ver una película de zombies canadiense. Por fuera de las andanzas de David Cronenberg en los años ’70, el cine de horror era una rareza dentro del mercado cinéfilo en Canadá, pero que se ha convertido de la noche a la mañana en un éxito comercial debido a su bajo costo de producción, así como un género pujante en los circuitos de festivales varios. Les Affamés (Los Hambrientos) es un exponente de dicho resurgimiento, una visión única aunque simplista sobre el tópico de los no-muertos, que se beneficia de la presencia de un director como Robin Aubert para encaminar un barco con varios viajes encima.