La vida tiene amargas ironías y la saga Millennium fue una de ellas. Esta es una trilogía de thrillers escritos por un periodista sueco, Stieg Larsson, los cuales se convirtieron en un fenómeno de ventas a nivel mundial a partir de la publicación del primer libro en el 2005. El chiste es que Larsson había fallecido en el 2004 y no alcanzó a ver el enorme fenómeno que había generado con sus obras. Editadas post mortem, las mismas han sido llevadas al cine y Los Hombres que no Amaban a las Mujeres es el primer título que aquí comentamos.
En sí, la saga Millennium está plagada de detalles autobiográficos del mismo Larsson. El héroe es otro periodista de investigación como era él, trabajando en una revista fundada por él - la Millennium del título en el libro, Expo en la vida real -, y un individuo apasionado por una variedad de temas que le eran muy cercanos, que van desde el abuso de menores hasta el colaboracionismo de los locales con el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Las tres obras funcionan en esa misma vena.
En sí, Los Hombres que no Amaban las Mujeres es un thriller competente. La dirección de Niels Arden Oplov tiene el aplomo propio de un veterano, y el elenco es más que solvente. Pero lo que mas sorprende es el cuidado por la puesta en escena, que se maneja con un equilibrio excepcional. El relato está plagado de momentos fuertes - hay violaciones, mutilaciones y mucha violencia - pero la dirección nunca se regodea con lo repulsivo o cae en los límites de lo intolerable como podría haberlo hecho, por ejemplo, un giallo. Acá lo que importa es la historia y los detalles fuertes son mostrados sin extenderse en ellos.
Ciertamente Los Hombres que no Amaban las Mujeres tiene mucho de policial negro. El héroe no es un detective privado, pero termina investigando el pasado turbio de una familia adinerada, descubriendo que todos están salpicados de corrupción. La intriga es buena, y la misma avanza sobre una serie de puzzles / enigmas que dejó la chica desaparecida, lo cual es un recurso que suena excesivamente artificial - yo no conozco a demasiadas chicas de 16 años que hubieran llevado a cabo su propia investigación sobre una serie de asesinatos y hubieran encriptado sus descubrimientos de manera indescifrable -. El otro punto que desluce la trama es el climax, que si bien sorprende, al verlo en perspectiva con el resto de la historia suena poco creíble.
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Pero el punto fuerte del filme no es la intriga en sí, sino el background de los personajes principales, en especial la chica dark que acompaña al protagonista y que termina por robarle toda la película luego de un par de escenas. Lisbeth es oscura, andrógina, brillante, violenta y con un pasado estremecedor - que incluye violencia familiar y abuso sexual -. La película le dedica la primera hora a desarrollar la historia de fondo de los protagonistas y, en el caso de Lisbeth, resulta dolorosamente fascinante - en un momento, ella comienza a ser abusada por su oficial de control y rápidamente comienza a elaborar un plan de venganza que uno termina aplaudiendo -. Es un personaje de múltiples facetas y uno siempre descubre algo nuevo cuando ella aparece en el escenario. Es un alma atormentada que parece haber encontrado en Mikael a un hombre bueno y honesto, aunque su desconfianza le impide entregarse plenamente a él.
En realidad toda la historia de Los Hombres que no Amaban las Mujeres trata sobre poder y misoginia. Es una cadena de abuso marcada por la testosterona. El industrial corrupto que usa su poder para doblegar (y callar) al periodista decente. El oficial de control que usa su poder para someter a la chica a su cargo. Los criminales nazis que usaron su poder para corromper adolescentes y destrozarlos. Cualquiera de las tramas del filme siempre termina en uno de estos modelos, mostrando la relación entre abusadores y abusados; quienes se someten sin chistar, quienes carecen de herramientas para enfrentarlos, y quienes se plantan frente a sus opresores. Hay una obsesión de Larsson con el tema del poder, como si dijera que resulta imposible que alguien con un poco de poder no se descarrile y comience a explotarlo en beneficio propio.
Los Hombres que no Amaban las Mujeres es un filme muy sólido. El final no me resulta tan satisfactorio, me suena muy artificial, pero el resto de la película tiene tantos méritos que uno termina por perdonárselo. A mi juicio es una gran versión y me suena innecesaria la remake agendada para finales del 2011, con Daniel Craig como protagonista.