Si bien este thriller de origen sueco no escapa a algunos lugares comunes del género eso no significa que no tenga ritmo y peso específico en una trama lo suficientemente sofisticada para atrapar la atención del espectador. Las reminiscencias al Twin Peaks de David Lynch son evidentes aunque sin el entramado simbólico que en este caso cambia por elementos trash matizado por una galería de personajes simples y oscuros donde el juego de las apariencias gana protagonismo a lo largo de la trama y en una segunda lectura apunta sus dardos más venenosos tras desnudar la hipocresía de una sociedad que parece liberal pero que en realidad es ultra reaccionaria. Habrá que esperar la segunda entrega de esta trilogía que ha sido un boom editorial en Europa...