Si pensamos en los últimos fracasos de M. Night Shyamalan -"El fin de los tiempos" (2008), "El último maestro del aire" (2010) y "Después de la Tierra" (2013)-, el nuevo film del director hindú es entretenido e implica un retorno a sus épocas más interesantes. El dato más llamativo es que esto lo logró con sólo cinco millones de dólares.
Para quien no lo recuerde, Night Shyamalan sorprendió a multitudes con varias películas de suspenso que, sobre el final, tenían una vuelta de tuerca muy cautivadora; sirva de repaso: "Sexto sentido" (1999), "El protegido" (2000) y "La aldea" (2004).
Probablemente, en esta nueva realización, la diferencia radique en que el espectador notará el desenlace antes de tiempo, reduciéndola a una suma desmesurada de golpes de efecto.
"Los huéspedes" se sirve del found footage, un recurso narrativo que indaga en el falso documental, una perspectiva cinematográfica muy utilizada en los últimos tiempos dentro del cine de terror -"El proyecto Blair Witch" (1999), "Actividad paranormal" (2007) y "[REC]" (2007), entre otras-.
Una madre deja que sus dos hijos adolescentes (Olivia DeJonge y Ed Oxenbould) pasen una semana de mini-vacaciones en la casa de sus abuelos (Deanna Dunagan y Peter McRobbie), a quienes no conocen. Ella no se habla con sus padres desde hace 19 años, luego de una fuerte discusión que derivó en el abandono de su hogar.
En ese contexto, los nietos Becca y Tyler arribarán a una despoblada zona de Pennsylvania con sus cámaras digitales proponiéndose filmar un documental sobre la historia de su familia.
Mientras pasan los días y captan cada detalle de su estadía, comenzarán a notar que los ancianos empiezan a comportarse de manera extraña y que no son tan simpáticos como parecían.
Así, "Los huéspedes" nos mantiene atrapados esperando un desenlace cautivador, apoyándose en una consistente narración y contando con actores que desarrollan sus papeles de forma elocuente. La película cuenta, para alivio del espectador, con varios toques de humor que servirán de cable a tierra luego de escenas escalofriantes.
Bajo esta performance, Night Shyamalan intentará reconquistarnos con un thriller de terror austero y habituado a las nuevas reglas de un género que, últimamente, no aporta nada nuevo. Y, pese a que entretiene e incomoda no logra convencer del todo. Es que, al final, nos queda ese sabor amargo de que 'esto ya lo vimos'.