Secuela de la película dirigida por Sylvester Stallone del 2010, que funciona como un espectáculo de acción que satisfacerá a todo seguidor del género, que presenta un elenco impresionante y bien aprovechado, que desenvuelve una locura un poco más cuidada que en la primera cinta y que desarrolla un relato sencillo, sin demasiadas sorpresas argumentales, que le brinda el espacio necesario para que las secuencias de tiros se luzcan.