Lo primero es la familia…
Una definición básica de “mito”, que nos podría dar cualquier diccionario que encontramos escondido entre otros antiguos libros de nuestro hogar, nos dirá que es la construcción de un relato maravilloso protagonizado por seres sobrenaturales y/ o extraordinarios. Si reemplazáramos la palabra “mito” para colocar en su lugar a “Los Indestructibles”, nadie podría decir que esta sentencia es falsa o errónea.
En el relato mítico las situaciones que se desarrollan suelen ser extremadamente fantasiosas, exageradas, estereotipadas, sin dificultad de comprensión y fácil anticipación. Entonces no deberíamos esperar ver en esta tercera entrega de la saga una gran historia, descollantes actuaciones ni emocionantes finales inesperados. Ya todos deberían conocer hacia dónde desembocará el relato. El camino que se tomará para llegar a él es lo único que resta saber. ¿Es esto poco en el cine actual? En absoluto. El mito de Los Indestructibles aún permanece y en este capítulo de la historia Patrick Hughes, su director, lo hace “crecer” aún más.
En la primera secuencia de la cinta vemos un espectacular enfrentamiento que resume el alma de la -hasta ahora- trilogía: acción, muerte, disparos y compañerismo. “Helicóptero versus Tren” nos regala grandes escenas, velocidad, adrenalina y los gags de siempre. Allí el temerario equipo, liderado por Barney (Sylvester Stallone), rescata a un enigmático y letal Wesley Snipes, para sumarlo en la lucha por atrapar al malvado Conrad Stonebanks (Mel Gibson), quien se creía muerto.
En ese primer encuentro Gibson-Stallone los resultados arrojados no son los esperados. El grupo es diezmado y la muerte, paradójicamente, estuvo más cerca que nunca. Barney llega a la reflexión de que el equipo ha cumplido un ciclo por lo que decide que, por el bien de todos y para prevenir futuras pérdidas, ha llegado el momento de la separación. En una “escena de la vida conyugal”, el veterano líder reunido con sus compañeros de trabajo casi sin dolor expresa su irrevocable decisión. Statham, despechado y en desacuerdo con el “rompimiento”, le reprocha a Barney sus palabras. Pero no logra modificar nada. La separación es un doloroso hecho.
Es entonces cuando comienza el reclutamiento de una nueva generación de “Indestructibles”, donde Barney además de líder, se convierte en padre. “Yo peleo junto a mi familia”, dice la femenina y sensual incorporación al conjunto (Ronda Ronsey). El equipo queda ahora conformado con ágiles mentes, caras bonitas y tecnología de punta. Pero para atrapar a Stonebanks la experiencia, tarde o temprano, será vital.
Los Indestructibles 3 nos presenta dos historias. Una de acción, la búsqueda del malvado Gibson. La otra sentimental, la separación del viejo grupo y la conformación de un nuevo. Del cruce de ambas coyunturas resultará una trama rápida, sin complicaciones ni sorpresas para el espectador amante de esta “mítica” saga.