El líder de la manada
Los Indestructibles 3 (The expendables 3, 2014) es la más floja de la saga que reúne a las estrellas del cine de acción de los años ochenta. Su principal problema es que no agrega nada nuevo a la idea original, salvo las apariciones de Mel Gibson, Harrison Ford, Wesley Snipes y Antonio Banderas que nos es poco pero tampoco suficiente.
La película comienza con una espectacular escena de acción al igual que sus antecesoras: Los indestructibles van en un helicóptero y atacan un tren en pleno movimiento, con el fin de rescatar a un ex compañero de equipo detenido hace 15 años (Wesley Snipes entra en escena). En otra misión hieren de gravedad a uno del viejo equipo (lo de "viejo" se repetirá en varias ocasiones) y aparece el villano de turno: Mel Gibson.
Para combatirlo Barney (Sylvester Stallone) recurre a un equipo de jóvenes reclutas y se dirige bajo órdenes no del habitual Church (Bruce Willis, que no está en este episodio) sino del nuevo jefe: Harrison Ford. Entre los nuevos soldados es desestimado el español: Antonio Banderas, que aporta la cuota de humor al relato. Cuando las cosas se complican aparece la manada, el grupete de amigos musculosos en escena nuevamente para salvar a su líder y compadre Barney.
Sylvester Stallone se las ingenia nuevamente para ser el protagonista absoluto de esta historia que tiene tantos nombres importantes como presencias potentes en escena: Basta que aparezca Harrison Ford como Arnold Schwarzenegger para adueñarse del momento. Entonces Stallone -que en los títulos de crédito firma la historia- jubila en un determinado momento a su equipo de astros y va por un grupo renovado. Pero él jamás cede el podio, sigue siendo el protagonista y figura absoluta de la historia. Lo mismo sucedió en la saga Rocky, cuando en la quinta parte el famoso boxeador parecía cederle el puesto a un joven deportista entrenado por él, para luego dar un vuelco y adueñarse de la escena otra vez.
Los temas de la película son los mismos: cofradía de “machos”, con códigos varoniles inquebrantables (de esos que el personaje de Mel Gibson no respeta, por ende villano), la amistad ante todo y la resistencia de la experiencia ante la destreza de novatos. Los “chicos” enseñan a Barney nuevos modos de actuar, por ejemplo un plan de inteligencia para capturar al villano y no entrar golpeando y despertar al ejército contrario, aunque será el mismo Barney quien en el final termine por “aconsejar” a los jóvenes y no al revés.
Los Indestructibles 3 vale sólo por las presencias mencionadas y no deja de ser correcta como film de acción que es, pero pierde la fuerza de sus antecesoras al tener un guion poco sólido, presentar demasiados personajes (cada uno con “su” escena) y plantear escenas de alto impacto no muy bien filmadas, en extensas dos horas de duración.