Chicos y viejos
La tercera entrega de "Los indestructibles" incorpora, para acompañar a los veteranos, un grupo de jóvenes actores.
Cuando hace unos años se conoció que Stallone estaba metido en la producción de una película donde iban a actuar los exponentes del cine de acción ochentoso más duro, todo el mundo pensó que se trataba de una gota más en esa moda de juntar a un grupo de actores amigos para pasarla bien y de paso facturar unos mangos. Pero cuando finalmente Los indestructibles llegó a los cines, causó sorpresa porque además de divertirse, los viejitos le pusieron el pecho a una cinta honesta en sus fines, que entretuvo a los nostálgicos de cuarenta sin llegar a ser una gema, claro. Poco después se estrenó la segunda parte, que superó los objetivos de la primera en calidad y entretenimiento valiéndose de las armas que los protagonistas usaban en sus mejores épocas: piñas, sangre, explosiones de las buenas, capacidad para reírse de sí mismos y mucho huevo.
Pero como suele suceder cuando el éxito económico llega a la puerta, la ambición pudo más que la fuerza por apegarse a las raíces, y con el afán de meterse en el bolsillo una mayor cantidad de público y de dinero, la tercera parte resultó una versión edulcorada y timidona de lo que realmente se esperaba por parte del público entusiasta. El espectador que gustosamente fue a ver las dos anteriores debe estar preguntándose donde quedaron los héroes de la acción. No es que Los indestructibles 3 no la tenga, sucede que la muestra diluida bajo los artificios de la imagen por computadora y le falta la garra, la ingenuidad y el riesgo de las escenas filmadas con dobles y con pólvora. Mucho píxel para estos viejitos.
Vino el nene. Otro error que cometieron en esta película es haber alejado del centro de la trama a los veteranos que le dieron de vivir a la saga. Porque la historia cuenta que Barney (Stallone) debe enfrentar a un antiguo camarada que fundó Los indestructibles junto a él, pero que por esas cuestiones que tienen los guiones se dedicó a la mala vida, el muchacho. Interpretado nada menos que por Mel Gibson (lo mejor en las dos horas de película), Conrad Stonebanks será el villano a vencer, y no se les ocurrió mejor idea que reclutar a caras frescas para la misión. Ahí entran a jugar los imanes para la franja 15/20, que son los nombres de Glen Powell y Kellan Lutz (el otro Cullen de la franquicia Crepúsculo).
Si bien en el segmento final los vejetes vuelven a retomar el protagonismo, no es lo mismo. Además, hay nombres que están prácticamente al cuete y que resuelven su participación con poco más que un cameo, como el caso de Jet Li. Igual, es innegable que el gancho de verlos a todos juntos tira un poco y basta con enumerar las firmas: Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Mel Gibson, Jason Statham, Antonio Banderas, Wesley Snipes, Dolph Lundgren y Harrison Ford.
Los amantes del género de acción poco pretenciosos tendrán un producto que quizá les haga valer la entrada, pero es probable que los más grandecitos salgan con un gustito de decepción. Faltó transpirar la camiseta.