Con la misma tónica ejecutada en Rocky Balboa como una suerte de despedida de un mito, Stallone se despide de aquel icono del héroe americano de los 80 con total desparpajo y melancolía en un film discreto con una trama elemental y un rejunte de actores de su misma talla. El cameo de Bruce Willis es patético teniendo en cuenta lo buen actor que es. Rourke reflexivo muy gracioso pero nada más...