La esclava Eloísa vuelve de la muerte para vengar la suya, luego de una vida de abusos, violencia y sometimiento a un patrón cruel (un desaforado Lito Cruz). Es el centro de este relato de terror, ambientado en una estancia donde los horrores devienen en maléficos encantamientos.
La víctima será la joven y bella esposa del maltratado heredero (Sabrina Garciarena), que sólo quiere huir de ese lugar maldito. Los inocentes, con un buen trabajo de cámara y producción, adolece de problemas de tono y registro actoral que le restan credibilidad. Es el principal escollo para que su propuesta, sugestiva, pueda transmitir la contundencia que se propone.