La (bienvenida) invasión latinoamericana
Claudia (Ximena Ayala) es una muchacha de 22 años que vive sola, trabaja en un supermercado y lleva una existencia al parecer bastante gris. Por una apendicitis termina siendo operada e internada en la guardia un hospital, donde conocerá a Martha (Lisa Owen), una entusiasta mujer de 46 años que lucha desde hace bastante tiempo contra el HIV. Cuando ambas salen de la internación, Martha invita a Claudia a su casa, donde conocerá a sus cuatro hijos. Por primera vez, la recién llegada empezará a sentir el contacto con una familia (numerosa, problemática, caótica, pero siempre querible) y, de a poco, a encontrar cierto sentido de pertenencia.
Es cierto que por momentos esta película sobre la soledad, el miedo y el dolor, sobre familias adoptivas, sobre la redención y las segundas oportunidades (basada en experiencias autobiográficas de la propia Sainte-Luce) resulta un poquito demagógica y con cierta veta de “autoayuda” (con algunos esquemas que remiten al cine independiente norteamericano made in Sundance), pero nunca deja de ser una comedia costumbrista cuidada y sensible, narrada con una frescura y una solvencia infrecuentes en una directora debutante e interpretada por un elenco irresistible.
Como plus no menor, la fotografía de esta película premiada en Toronto, Locarno, Gijón, Mar de Plata y La Habana, entre otros festivales, estuvo a cargo de la talentosa DF francesa Agnés Godard, habitual colaboradora de Claire Denis. Nada menos.