Los intrusos (The Owners) llegó a las salas presentándose como una atractiva propuesta de terror protagonizada por la estrella en ascenso Maisie Williams, famosa por interpretar a Arya en la exitosa serie de televisión Game of Thrones. Situada en la Inglaterra rural de comienzos de los años noventa, la trama despega desde el intento de robo de tres jóvenes a la mansión de un acaudalado médico y su esposa. Maisie Williams interpreta a Mary, la novia de de ellos, quien, a pesar de estar en contra del acto, se ve involucrada en el asunto.
Utilizando el factor sorpresa y el constante misterio desde el principio, el director logra aferrar al espectador a la película sin problemas, la cual siempre está provista de un adecuado ritmo. Sin embargo, a medida que avanza la trama, va perdiendo el sentido el accionar de varios personajes y da la sensación de querer abarcar más tópicos de los que realmente este film puede. Termina explorando temas sin suficiente profundidad, y ante la gran cantidad de giros -abusando del factor “ya no tan sorpresa”-, se convierte una seguidilla de eventos absurdos y espeluznantes.
Es indudable que la tensión está presente a lo largo de todo su metraje, pero la mezcla de lo grotesco y lo morboso finaliza siendo tan terriblemente exagerado que el espectador abandona un interés real por lo que ocurre en la pantalla, y quizá continúa mirando esperando, por curiosidad, la próxima absurda y forzada situación que seguirá a la anterior.
Los intrusos es un película más que no aporta nada nuevo al explotado género de terror y que, si bien tiene buenas actuaciones del reparto, peca por exageración y falta de lógica.
Puntaje: 5/10