Quince años después de su primer encuentro en un hospital, Shauna, una elegante arquitecta ya retirada, se vuelve a cruzar con Pierre, un médico felizmente casado. Ella tiene setenta y un años y él cuarenta y cinco. Ambos se sienten inmediatamente atraídos, más allá de las diferencias y la situación de cada uno. Él pone en riesgo a su familia, mientras que ella, viuda, madre y abuela, necesita sentirse deseada, además de vivir plenamente su vida. No hay argumento más de cine francés que ese. Cualquier que cuente esa sinopsis ya no debe aclarar el país de origen de la película.
Pierre está interpretado por Melvil Poupaud y Shauna es nada menos que Fanny Ardant. En cuanto a la esposa de Pierre, Jeanne, la actriz que la interpreta es Cécile de France. El argumento está algo forzado y su espíritu recuerda a una película aún más absurda llamada Demasiado bella para mi (Trop belle pour toi, 1989) de Bertrand Blier. Es la fotogenia legendaria de Ardant la que permite darle lógica a esta historia, pero luego se va moviendo hacia un costado más amarga que la vuelve aún más francesamente estándar de lo que era al inicio.