En lo conceptual, Los Juegos del Hambre está plagada de problemas: la credibilidad del universo es ridícula, las reglas del juego de marras no siempre resultan claras, y el final no termina por cerrar de manera satisfactoria todas las interrogantes que la trama dejó planteada. Ya de por sí todo esto debería dar como fruto un filme mediocre... algo que aquí no ocurre. El factor desequilibrante es el personaje central, el cual es tan carismático que termina por cargarse todo el filme al hombro.
Los Juegos del Hambre no tiene un ápice de originalidad. Es otro de esos filmes futuristas en donde la gente que está aburrida resuelve sus problemas mandando a un gladiador a matarse en una arena televisada. Este pequeño subgénero comenzó con La Decima Victima, y siguió con ejemplos de todo tipo y color, que van desde Rollerball a The Running Man, pasando por Battle Royale - la idea es siempre la misma, lo que cambian son las excusas para realizar semejantes eventos - . En sí, Los Juegos del Hambre parece un híbrido de estos tres últimos: corporaciones que apoyan a participantes; deportistas metidos en un juego mortal para resolver problemas políticos; adolescentes asesinándose unos a los otros, y una matanza convertida en espectáculo televisivo del prime time.
Ciertamente es un futuro de segunda mano, y uno concebido de manera no muy brillante. Los primeros minutos del filme se hacen detestables, especialmente porque el escenario carece de credibilidad. Todo es tan exagerado y colorinche - una mezcla de barroco y punk, con gente vestida como Mozart y teñida de tonos azules y fucsias - que resulta fácilmente odiable. Pero el mayor problema es aceptar la existencia de semejante certamen. Al menos La Décima Victima planteaba la cosa en terminos alegóricos, como una sátira a la TV y previendo la llegada de los reality show. Pero el resto de los filmes que le han seguido (y que han intentado vender la misma idea), han fracasado estrepitosamente, al menos en mi mente. ¿Si Argentina quisiera invadir Brasil, resolvería el conflicto en un partido de fútbol?. ¿Si usted fuera la invadida Irak, intentaría solucionar el tema de la ocupación jugando un match de baseball con los norteamericanos?.
Acá el ganador del certamen se hace adjudicatario a una vida de lujo mientras que el resto de sus compatriotas sigue condenado a una vida miserable. Si se quiere, Los Juegos del Hambre se puede interpretar perfectamente como una alegoría comunista. ¿Acaso los deportistas más destacados no tenías privilegios en la fenecida URSS? ¿Acaso los países satélite de la Cortina de Hierro no tenían la falsa sensación de igualdad de status cuando participaban de juegos olímpicos reservados exclusivamente para naciones pro-soviéticas?
Hay tres cosas que impiden que uno abuchee el filme en esos minutos de arranque. El primero es que el director Gary Ross (Pleasantville) sabe cómo crear clima, y cómo hacer que toda esta tramoya se vea mucho más interesante de lo que realmente es. La segunda es el desarrollo de los personajes secundarios, que son sólidos y hasta apasionantes en algunos casos. Y la tercera es la protagonista. No sólo la perfomance de Jennifer Lawrence - X-Men: First Class - es impecable, sino que ella (y todo su personaje) derrocha carisma. Katniss Everdeen es una guerrera nata, una especie de Legolas de la clase obrera, pero también es una adolescente aterrada por la brutalidad de la experiencia que le corresponde vivir. Si uno intenta descifrar el inesperado y furioso éxito que obtuvo Los Juegos del Hambre, yo lo asignaría al hecho que posee una de las mejores heroínas adolescentes de los últimos años. Es muy fácil convertir a Katniss en un objeto de culto, ya que posee una multiplicidad de facetas sumamente ricas.
Los Juegos del Hambre es un muy buen espectáculo que le exige al espectador un salto de fe en los minutos iniciales. Pasada la bobada del setup se convierte en una aventura absorbente, la cual tiene sus fallitas pero uno termina por perdonarlas por la calidad del show. A mí me gustaría ver la secuela para resolver los cabos sueltos que quedan aquí, y ver la evolución del personaje en este universo, amén de reencontrarme con Jennifer Lawrence, cuya presencia y perfomance hacen presagiarle una gran carrera como actriz.