Anexo de crítica: -Sin dejar de lado el escandaloso parecido conceptual y temático con Battle Royale de Kinji Fukasaku, como todo proyecto concebido con fines especulativos desde el punto de vista comercial y atento a las prédicas conservadoras hollywoodenses para mantener intacto el parasitario vínculo con el rentable nicho adolescente mundial, Los Juegos del Hambre llegó con mucho ruido y marketing detrás para malograrse como otro producto de consumo y descarte que seguramente destrone al saliente Crepúsculo y eleve con este reciclado de ideas ya explotadas la figura de la ascendente Jennifer Lawrence y transforme a su escritora Suzanne Collins en un fenómeno literario, que la meca del cine se encargará de despersonalizar en el futuro como ya ha hecho con tantas obras donde las alegorías están a la orden del día.-