Hubo un grupo, a mediados de los sesenta, que empezó a tocar en el colegio y llegó a grabar sus canciones, cantadas en inglés, como Los Snacks. Los avatares políticos, derivados en presiones a las discográficas, quisieron obligarlos a pasarse al español, y la cosa no funcionó, y el grupo terminó separándose. Más de cuarenta años después, con las vidas de sus integrantes en distintas geografías y destinos, volvieron a reunirse. Su show de reencuentro, en el CC Recoleta, se pautó para un día en el que había paro. Pero quien espera cuarenta años bien puede esperar unas horas más.
Así de increíble pero real es el material que tuvieron en sus manos los realizadores, Gabriel y Mariano Nesci, para contar la historia de esta banda oculta. Aunque de culto: testimonios de especialistas, disqueros, coleccionistas un poco freak dan cuenta del pequeño gran fenómeno. De Parque Rivadavia a Amsterdam o Valencia, la efímera obra de Los Knacks figura en listas y catálogos, atesorada por melómanos de distintos idiomas. Con su gran subtítulo, Déjame en el pasado, esta película absolutamente encantadora, trasciende lo entrañable para contarlo todo. Ese pasado de breve gloria, claro, pero también el que siguió, hasta este presente, con la alegría del reencuentro con la música pero también con las secuelas, personales y colectivas, del paso del tiempo.