La película animada de Los locos Addams, estrenada en el 2019, se destacó como la producción más taquillera en la historia de esta franquicia al superar en la recaudación los 200 millones de dólares.
Una cifra que en el pasado no llegaron a conseguir los filmes live action dirigidos por Barry Sonnenfeld. Nunca entendí por donde pasó el gran atractivo de ese film que era bastante olvidable, pero por alguna razón pegó muchísimo, especialmente en los Estados Unidos donde obtuvo una taquilla impresionante.
Sobre todo si tenemos en cuenta que su presupuesto había sido de apenas 24 millones de dólares. Unas semanas después del estreno la Metro-Goldwyn-Meyer enseguida le dio luz verde a la continuación y los productores a las apuradas tuvieron que sacar el proyecto adelante para entregar el film en octubre de 2021.
En esta cuestión encontramos la gran falencia de esta producción, donde se nota que no tuvieron tiempo para pensar una historia que al menos le brindara al público un entretenimiento más ameno.
La trama roba la premisa de lo que fue la primera serie animada de Hanna-Barbera de 1973, donde los Addams cruzaban de costa a costa los Estados Unidos en un viaje de vacaciones. Un concepto que permitía generar humor a partir del choque cultural entre la excéntrica familiar y las diversas comunidades de ese país.
En este film no supieron aprovechar la idea y el tipo de comedia que se ofrece enseguida resulta trillada. Un enorme problema que tiene este film es que rompe con el principal atractivo de los Addams que siempre residió en los vínculos personales entre los miembros de la familia. En esta ocasión intentaron centrar la trama en Merlina con el fin de darle un mayor protagonismo y no funciona porque el personaje es terriblemente aburrido cuando no está rodeada por el resto del reparto.
Por algún motivo la premisa del viaje de vacaciones luego de unos minutos es abandonada en la narración y el conflicto muta en una aventura rara con la hija de los Addams y un científico loco que reclama ser su verdadero padre. Otra idea fallida con la que tampoco se hace nada interesante.
La animación es decente y retoma la estética del film anterior pero carece de un argumento que le haga justicia a estos personajes. Tal vez para los más chicos el espectáculo resulte llevadero, sin embargo para los fans adultos de los Addams cuesta muchísimo llegar al final de la película por el gran tedio que brinda.
Se nota que la hicieron a las apuradas para sacar la continuación enseguida y eso terminó por afectar su calidad artística.