Los Locos Addams: Un clásico revisionado para chicos.
Se puede decir que quien nunca haya visto a Los Locos Addams, sin importar qué versión, no tiene infancia. Ahora, ellos llegan en una nueva entrega para los más pequeños.
Los Locos Addams (2019) es el nuevo film que llega a los cines para los más chicos. Con un nuevo look que hace honor a aquel cómic que les dio la vida por primera vez de la mano de Charles Addams, esta versión tiene una conexión muy interesante con sus orígenes.
Lejos en el tiempo quedaron la serie de televisión y las películas que tenían a Anjelica Huston como la entrañable y terrorífica Morticia Addams, dueña y señora de la mansión y del corazón de su marido, Homero Addams.
En el inicio vemos, pues, los orígenes de la familia Addams. Y no hablamos de los antepasados, sino de los seis que conocemos a fondo: Morticia, Homero, Dedos, Largo, Merlina y Pericles.
En ese momento inicial vemos lo que fue el casamiento de ambos: sombrío, de noche, rodeados de familia y… perseguidos por una turba iracunda. Es así que, tristes por no tener un hogar propio y de camino a lo que uno supone es su luna de miel, los Addams atropellan a una persona en la oscuridad. Gracias a Dios, a quien atropellan es un convicto que aparentemente huyó del hospital psiquiátrico que se ve en la loma más cercana y que resulta ser Largo.
El estoico mayordomo aportará un gran toque cómico para los más adultos, ya que más de una vez veremos a este serio y poco expresivo ¿hombre? hacer cosas un tanto incongruentes con su apariencia, y entre sus características más llamativas, está su canto.
Pero el foco, en este caso, recaerá más en los niños que en los adultos: Merlina empieza a notar que hay más en el mundo que lo que sus padres le cuentan; y Pericles debe llevar a cabo el rito de iniciación familiar, La Mazurca del Sable, para probar que puede defender a la familia, ocasión que hará que todos los Addams del mundo se reúnan bajo un mismo techo.
El tema, como todo lo orientado hacia la audiencia más joven, viene con moraleja: no juzgues a un libro por su portada. Como ya dijimos, Merlina descubre un nuevo mundo – que es empezar a ir a la secundaria – y se ve, sorpresivamente, encontrando un lugar al cual pertenecer y donde llevar a cabo una pequeña rebelión contra su familia, como típica pre-adolescente. Pericles, por su parte, ve sus intentos de atravesar la Mazurca intacto pero entra en pánico por miedo a decepcionar a su padre.
Todo choca de golpe por la intervención de Margaux, la diseñadora a cargo de crear el pueblo entero abajo de la mansión Addams y quien ve su proyecto a punto de derrumbarse cuando estos se hacen notar por primera vez (hecho que no resulta difícil cuando la aldea parece hecha para un set de muñecas Barbie). Al ver todo a punto de derrumbarse, pone su red social a trabajar esparciendo mentiras anónimas en el mundo virtual de sus habitantes. Y, por si no lo notaron, acá hay otra moraleja: no crean todo lo que ven en línea.
Si algún adulto tiene expectativas sobre esta película, probablemente se decepcione. No porque el film sea aburrido, o malo, o no tenga historia o animación. Simplemente porque parte del atractivo que los adultos le veíamos a los Addams recaía en la tensión romántica y sexual entre Homero y Morticia (que no desaparece por completo, pero no está a los niveles que nos tienen acostumbrados). Lo mismo ocurre con las escenas «violentas», en especial una muy particular en la que Merlina engaña a Pericles para enterrarlo.
En su totalidad, Los Locos Addams es una buena película para los chicos, ligeramente menos tradicional e ideal para recordar que las cosas no siempre son lo que aparentan, y que nuestra presencia en las redes puede tener serias consecuencias en el mundo real.
Y la frutilla de este postre seguramente sea salir del cine con la canción de la película pegada. ¡No digan que no les avisamos!