El retorno de La Familia Addams
arias generaciones han crecido con las historias de la excéntrica Familia Addams, desde su serie televisiva (1964-1966) basada en las caricaturas creadas por Charles Addams en la década del ´30, y los posteriores largometrajes The Addams Family (1991), y su respectiva secuela The Addams Family Values (1993). Recordemos además que en los´60 había una fuerte impronta de estas temáticas y estéticas ligadas al género del terror, pero con gran sentido del humor, las cuales estaban también presentes en las series televisivas The Munsters (1964-1966) y Dark Shadows (1966-1971).
Además de la exitosa serie televisiva y las cuatro películas sobre La familia Addams, se realizaron dos producciones animadas del estudio Hanna-Barbera en 1973 y 1992. En todas ellas, en mayor o menor medida, está presente la estética del cine clásico de terror. Una evidencia de ello, es la clara referencia a Frankenstein desde las características del personaje de Largo/Lurch.
Este año a través del lenguaje de animación Los locos Addams(The Addams Family, 2019) vuelve a poner en escena los avatares de esta peculiar familia, acercando a los característicos personajes a las nuevas generaciones de niños, quienes seguramente desconocen las versiones anteriores. En dicha película la familia compuesta por Homero, Morticia, Largo, Pericles, Merlina, el tío Lucas, el tío Cosa, y la abuela (en sus nombres hispanoamericanos) vive en una inmensa mansión en las afueras de New Jersey, Estados Unidos. Ellos viven en armonía hasta que debido a obras urbanas en el centro de la ciudad la niebla del pantano que los ocultaba y rodeaba desaparece y son descubiertos por los demás, así como también ellos descubren ese otro cosmos.
Uno de los elementos más destacables de esta nueva adaptación es el respeto y reconocimiento por la historicidad de La familia Addams dentro de la cultura pop como así también el “regreso” formal de su animación a la apariencia estética de los dibujos originales de Charles Addams. Lo cual se evidencia especialmente en los personajes de Merlina y el tío Lucas que habían sido los más modificados tanto en la serie televisiva como en las versiones cinematografías de los ´90.
Desde su génesis lo que caracterizó a La familia Addams fue su humor negro y la representación del extraño comportamiento de sus integrantes a través de una apariencia siniestra, parodiando lo que comúnmente y en términos canónicos se entiende como una familia “normal”. Uno de los mayores cambios de Los locos Addams (2019) reside en el tono del tipo de comicidad que utiliza, la cual se aleja del humor negro, utilizando un tipo de humor más naif. Aquello se debe claramente a que dicha propuesta se dirige a un público infantil.
Uno de los problemas principales del filme en términos narrativos es la demora del conflicto, que como es tradicional en La familia Addams, se produce entre el encuentro de dicha familia con el resto de la sociedad. En esta ocasión si bien hay un claro contraste visual entre ambos universos y estilos de vida, en el plano de la intriga y de la acción ese contraste solo se manifiesta en sutilezas y no es profundizado. En consecuencia, el conflicto se resuelve rápidamente y de forma simplista. Se puede concluir en consecuencia, a partir de lo mencionado anteriormente que todo es esbozado más superficialmente que en otras versiones debido al target de espectador al que se dirige. En el convivio de la sala con este tipo de público se ha observado que los chistes resultan eficaces. Por ejemplo, pueden citarse la mención implícita a través de un globo rojo a It y su payaso Pennywise como así también una escena en la que Pericles se comporta motrizmente como El exorcista, ambos relatos pertenecientes al género del terror.
Por último, es importante resaltar que, a pesar de su acierto al esbozar las diferencias culturales, la búsqueda de la identidad en la adolescencia y del vínculo entre padres e hijos, Los locos Addams (2019) carece de originalidad no sólo por tratarse de una adaptación, sino porque hay varias escenas que compositiva y temáticamente remiten a películas de Tim Burton como El joven manos de tijera (Edward Scissorhands, 1990) y Frankenweenie (1984/2012), la cual a su vez posee relaciones intertextuales con los clásicos de terror anteriormente mencionados Frankenstein (1931) y Bride of Frankenstein (1935). Al respecto, puede ejemplificarse con la escena en la que Merlina revive a los sapos de la escuela, que es similar a la situación en que los niños reviven a sus mascotas en Frankenweenie. Asimismo, el contraste entre los colores pasteles y la homogeneidad de la ciudad y la mansión Addams en lo alto de una colina en tonos oscuros es prácticamente igual al encuadre del mismo contraste que proponía Burton entre la mansión donde vivía Edward y el resto de la sociedad que era una fuerte crítica a los estereotipos norteamericanos del “american dream” y su tendencia homogeneizadora.
Esta crítica a la “normalización” y homogeneización de la sociedad también está presente en Los locos Addams (2019), pero tratado de forma menos profunda. En dicha ciudad llamada justamente “Asimilación”, Margaux Needler una decoradora y conductora de un programa de TV (al estilo de “Extreme Makeover”) diseña la urbanización de la ciudad de forma homogénea. En la resolución del conflicto se expondrá que “las apariencias engañan” y ella quedará expuesta, salvando las distancias de tal forma que recordaremos el filme Las mujeres perfectas (The Stepford Wives, 2004). En conclusión, como la mayoría de las películas infantiles la clausura es moralizante, dejando en claro el mensaje políticamente correcto de que todos poseemos costumbres raras, incluso quienes exteriormente parezcan “normales” en términos canónicos. Por último, se le recuerda al público que la película originalmente cuenta con las voces de Charlize Theron, Oscar Isaac, Chloë Grace Moretz y Bette Midler, entre otros, y doblada conserva sólo la voz original del rapero Snoop Dogg a través del Tío Cosa.